- Tomar duchas cortas en vez de baños.
- Comer menos carne, aves y pescado. La carne emplea más recursos para llegar al plato que los vegetales.
- Congelar los alimentos si no hay posibilidad de comerlos antes de que se estropeen.
- Compostar los residuos orgánicos.
- Reciclar los residuos reciclables: papel, vidrio, envases ligeros, aceite y otros residuos especiales y contaminantes.
- Comprar en las tiendas del vecindario. Cuanto más próximo es el producto, más sostenible.
- Comprar los productos sin envases o mínimamente empaquetados.
- Planificar comidas y compras. Hacer listas de la compra y evitar comprar más alimentos de los que se necesita, especialmente si son perecederos.
- Llevar bolsas de la compra de casa.
- Comprar en tiendas de segunda mano y donar lo que no se usa para que pueda reutilizarse.
- Sellar las fugas de aire en ventanas y puertas para aumentar la eficiencia energética.
- Reemplazar los electrodomésticos rotos y las bombillas fundidas por otros energéticamente más eficientes.
- Si se utiliza un lavavajillas, no enjuagar la vajilla antes.
- Evitar precalentar el horno. A menos que necesite una temperatura de cocción precisa, comience a calentar la comida justo cuando encienda el horno.
- Usar cerillas. No requieren petróleo, a diferencia de los encendedores de plástico.
- Tener el coche en condiciones. Un automóvil bien ajustado emitirá menos gases contaminantes.
- Instalar paneles solares en casa, si hay posibilidad.