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12 recomendaciones para una tecnología digital verde

Recomendaciones para garantizar las funciones esenciales de las tecnologías de la información y la comunicación con el menor impacto medioambiental:

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  1. Reducir los impactos medioambientales reduciendo el número de dispositivos
  2. Luchar contra todas las formas de obsolescencia = aumentar la vida útil
  3. Reutilización masiva de los productos
  4. Facilitar datos fiables a la ciudadanía sobre los impactos ambientales de las tecnologías de la información y la comunicación
  5. Generalizar el análisis del ciclo de vida (ACV) para medir el impacto medioambiental: un producto puede ser verde solo si se ha demostrado que lo es
  6. Apoyar la innovación mixta de baja y alta tecnología, buscando el progreso como objetivo y luego elegir las herramientas apropiadas para ese fin
  7. Prever la segunda vida del dispositivo en las licitaciones de instituciones públicas
  8. Regular el Internet de las Cosas para que los dispositivos no sean cautivos de su fabricante y se favorezca su reutilización
  9. Avanzar hacia redes (4G, 5G, Wi-Fi) complementarias en lugar de superponer redes, para evitar que se solapen unas con otras (cada una con su correspondiente impacto medioambiental)
  10. Llevar la nube a la madurez de la gestión sostenible para ahorrar energía, hardware, mantenimiento de licencias, personal y espacio
  11. Eliminar la obtención y el procesamiento de datos innecesarios regulando el uso de la Inteligencia Artificial con vistas a limitar su consumo de recursos
  12. Establecer requisitos ambientales obligatorios para los vehículos autónomos
Fuente: https://transicionverde.es/wp-content/uploads/2022/12/Mas-alla-de-los-numeros___FINAL.pdf

Consejos de la ONU para ser más sostenibles

  1. Tomar duchas cortas en vez de baños.
  2. Comer menos carne, aves y pescado. La carne emplea más recursos para llegar al plato que los vegetales.
  3. Congelar los alimentos si no hay posibilidad de comerlos antes de que se estropeen.
  4. Compostar los residuos orgánicos.
  5. Reciclar los residuos reciclables: papel, vidrio, envases ligeros, aceite y otros residuos especiales y contaminantes.
  6. Comprar en las tiendas del vecindario. Cuanto más próximo es el producto, más sostenible.
  7. Comprar los productos sin envases o mínimamente empaquetados.
  8. Planificar comidas y compras. Hacer listas de la compra y evitar comprar más alimentos de los que se necesita, especialmente si son perecederos.
  9. Llevar bolsas de la compra de casa.
  10. Comprar en tiendas de segunda mano y donar lo que no se usa para que pueda reutilizarse.
  11. Sellar las fugas de aire en ventanas y puertas para aumentar la eficiencia energética.
  12. Reemplazar los electrodomésticos rotos y las bombillas fundidas por otros energéticamente más eficientes.
  13. Si se utiliza un lavavajillas, no enjuagar la vajilla antes.
  14. Evitar precalentar el horno. A menos que necesite una temperatura de cocción precisa, comience a calentar la comida justo cuando encienda el horno.
  15. Usar cerillas. No requieren petróleo, a diferencia de los encendedores de plástico.
  16. Tener el coche en condiciones. Un automóvil bien ajustado emitirá menos gases contaminantes.
  17. Instalar paneles solares en casa, si hay posibilidad.

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Residuos electrónicos y criptomonedas

Emitir (minar) criptomonedas no sólo conlleva un elevado consumo energético, sino que también genera grandes cantidades de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE). La razón es que esa llamada minería se realiza con un hardware específico que se queda obsoleto aproximadamente cada año y medio. Esto se deduce de la ley de Koomey y de la conclusión de que sólo las máquinas más rentables pueden seguir siendo económicamente viables para la minería. Koomey observó que, en los últimos 65 años, el número de cálculos que se pueden completar por kilovatio-hora de electricidad se ha duplicado aproximadamente cada 1,5 años.

Los RAEE representan una amenaza creciente para el medio ambiente si no son reciclados adecuadamente: por los químicos tóxicos y metales pesados que pueden filtrarse a los suelos hasta la contaminación de la atmósfera y el agua. Según un reciente estudio, actualmente se estima que los RAEE generados por la criptomoneda más utilizada, el Bitcoin, es de 37.340 toneladas anuales (sin contar los aparatos refrigerantes). Esta cifra, basada en el precio diario del Bitcoin, es equivalente a todos los RAEE generados en Uruguay o Catar en 2019 (Global E-Waste Monitor).

BitcoinPara tener una percepción todavía más clara de la cantidad de RAEE generados por las criptomonedas, arriba se muestra un cuadro con los gramos de RAEE generados por una sola transacción de Bitcoin (385,3 g) comparado con el peso de aparatos como un iPhone (164 g) o un iPad (487 g).

Fuente: https://digiconomist.net/bitcoin-electronic-waste-monitor/

Reciclaje de paneles fotovoltaicos

Entre 2016 y 2018 solo se recogió el 8,7% de los residuos de paneles fotovoltaicos puestos en el mercado. En este sentido, resultaría necesario que estos paneles figurasen en una categoría de residuos diferente a los RAEE, con unos objetivos de recogida acordes a sus características propias y distintos a los de puesta en el mercado.

Y esto porque el reciclaje de paneles fotovoltaicos está condicionado por:
• Su larga vida útil (alrededor de 30 años). Actualmente no se genera un volumen suficiente de estos residuos que permita obtener economías de escala y que rentabilice la creación de instalaciones de reciclaje específicas. Las proyecciones apuntan a que el volumen anual de residuos de paneles alcance las 30.000 toneladas a finales de esta década.
• Su composición. Los paneles fotovoltaicos de silicio son los mayoritarios en el mercado y están compuestos principalmente por vidrio (75% del peso) correspondiente a la base de la superficie, y un 10% de polímero en el encapsulante y la lámina posterior. Además, el panel cuenta con un marco de aluminio (8%), células de silicio (5%), interconectores de cobre (1%) y líneas de contacto de plata (0,1%). Los materiales de elevado valor se encuentran en pequeñas cantidades, si bien el contenido de aluminio sí que resulta atractivo y fácilmente extraíble.

Panel fotovoltaico

La recuperación de las obleas de silicio supone un verdadero reto, y actualmente el que se consigue extraer no dispone de la pureza suficiente para poder destinarse a otros usos. Se espera que la recuperación del silicio sea una prioridad en los próximos años, debido a las perspectivas de demanda de paneles fotovoltaicos y la escasez de este material (considerado materia prima fundamental para la Unión Europea desde 2020).
• Su reutilización. Cuando los paneles son descartados por las grandes plantas de generación pueden ser destinados al autoconsumo de empresas y hogares. Sin embargo, la demanda actual de paneles reutilizados es escasa debido a los precios bajos de los paneles nuevos provenientes en su mayor parte de China.

Fuente: https://www.recyclia.es/2021/II-INFORME-RECYCLIA.pdf

Principios en la cadena de valor de las baterías

Ante el aumento masivo del uso de baterías recargables, Amnistía Internacional pide lo siguiente a los fabricantes de los aparatos eléctricos y electrónicos que funcionan con baterías:

  • Que los diseñen con la perspectiva del reciclaje porque así permitirían que puedan seguir utilizándose incluso después de que la batería original empiece a perder capacidad. Tiene que ser sencillo extraer una batería para su reciclaje o su reutilización para almacenamiento en instalaciones fijas. Las baterías no deben acabar en vertederos.
  • Establecer estándares e incentivos (fiscales) de eficiencia energética para productos que ahorren energía durante la fase de uso y que, por tanto, utilicen baterías más pequeñas que se fabriquen con menos recursos naturales.

Baterías

  • La duración de las baterías de ion-litio debe aumentarse para que sea de 5 años como mínimo, y los dispositivos deben concebirse de manera que la sustitución de la batería sea segura y rentable.
  • Los fabricantes deben diseñar dispositivos de los que se puedan retirar las baterías con herramientas normales sin dañar el producto y proporcionar instrucciones para su retirada segura.
  • En la fabricación debe evitarse o minimizarse el uso de materiales peligrosos.

En definitiva se trata de aumentar la durabilidad, reparabilidad y reutilización de los productos que funcionan con batería. Porque las deficiencias de diseño, operación y gestión de residuos de las baterías son la causa de una creciente contaminación y daños para la salud.

Fuente: https://www.amnesty.org/download/Documents/ACT3035442021SPANISH.PDF

Si lleva batería es poco ecológico

La electrificación ha supuesto un gran avance para la humanidad pero también un problema medioambiental. No solo por las emisiones contaminantes que supone generar esa energía sino por los aparatos que la necesitan:

  • cada vez son más, lo que implica que se generen más residuos, y
  • son más complejos, lo que dificulta su reciclaje

Pero la cúspide de ese problema medioambiental, que ya hemos alcanzado, es eliminar los cables de esos aparatos, es decir, que ni siquiera tengan que estar enchufados todo el rato para funcionar. ¿Cómo se consigue esto? Con baterías internas fabricadas con sustancias tóxicas. Y ahí no acaba la pesadilla medioambiental que supone un aparato inalámbrico, porque resulta que todo lo que lleva batería tiende a tener una vida útil mucho más corta. Por ejemplo, ¿cómo de sostenible es un reloj de muñeca mecánico en comparación con un reloj inteligente?

  1. El primero no está fabricado con ningún elemento tóxico mientras que el segundo sí por la batería que lo hace funcionar
  2. El primero puede durar toda la vida pero el segundo durará lo que aguante su batería, es decir, cuando ya no aguante más de 6 horas encendido ese reloj será inservible y se convertirá en un residuo difícil de gestionar

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Y este resultado es el mismo si se comparan unos auriculares con cable a unos inalámbricos, aspiradores, patinetes… Todos estos dispositivos tan cómodos que no llevan cable habrá que desecharlos más temprano porque su batería interna se ha degradado y los hace inútiles. Ser un consumidor responsable y preocupado por el medio ambiente consiste en tener esto en consideración a la hora de comprar un producto u otro.

¿Cómo tiene que ser un electrodoméstico ecológico?

En base a los nuevos criterios de la Comisión Europea para la concesión de la etiqueta ecológica a ordenadores personales, portátiles y tabletas, estos podrían hacerse extensibles a todo tipo de aparatos eléctricos y electrónicos de la siguiente manera:

1. Ahorro en el consumo de energía
2. Ahorro en el consumo de agua (si procede)
3. Reducción/eliminación de sustancias peligrosas específicas en el producto, los subconjuntos y los componentes
4. Prolongación de la vida útil

a) Ensayo de durabilidad y funcionamiento óptimo
b) Garantía completa del producto, de reparación y de sustitución de piezas o componentes

5. Diseño, selección de materiales y gestión al final de la vida útil

EU Ecolabela) Diseño para fácil desmontaje y reutilización o reciclaje
b) Materiales reciclados y reciclables
c) Diseño y materiales embalaje

6. Información al usuario

a) Instrucciones de uso responsable y de eliminación al final de uso.

Es decir, el electrodoméstico ecológico sería aquel que fuese muy eficiente energéticamente, que ha sido diseñado teniendo en cuenta todo un largo ciclo de vida, hecho con materiales sostenibles lo menos tóxicos posible y que ofrece la más completa información al consumidor.

The Eco Declaration
Ecma International (antes European Computer Manufacturers Association) también tiene su declaración medioambiental para productos de tecnologías de la información y comunicación, y electrónica de consumo. En ella se especifican detalles relativos a la política medioambiental (sistemas de gestión y reciclaje) de la empresa, y los siguientes apartados sobre los productos que fabrica:

  1. Sustancias peligrosas
  2. Baterías
  3. Materiales de los consumibles
  4. Materiales del embalaje
  5. Información específica para el reciclaje
  6. Diseño medioambientalmente comprometido (desmontaje, reciclaje, vida útil…)
  7. Consumo energético
  8. Emisiones
  9. Documentación
Ver ECO DECLARACIÓN (en inglés) de ordenadores y monitores

Base de datos de productos con etiqueta energética

Desde el 1 de enero ha entrado en funcionamiento la base de datos de productos europeos para el etiquetado energético (EPREL). Los fabricantes, importadores o representantes autorizados deben registrar los aparatos que requieran una etiqueta energética antes de comercializarlos en la Unión Europea por primera vez (incluidos los productos de segunda mano importados), según el siguiente calendario:

  • Para los productos puestos en el mercado entre el 1 de agosto de 2017 y el 1 de enero de 2019, el registro se puede realizar hasta el 1 de julio de 2019.
  • Para los productos puestos en el mercado antes del 1 de agosto de 2017, el registro es voluntario.

Los productos puestos en el mercado de la Unión Europea por segunda o más veces no hay que registrarlos. Por otra parte, los consumidores podrán buscar en la base de datos EPREL las etiquetas energéticas y las hojas de información de los productos a partir del segundo trimestre de 2019.

EPREL

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La etiqueta energética clasifica a los aparatos consumidores de energía según su eficiencia. Desde el 1 de agosto de 2017 esta etiqueta prescinde de las distinciones +, ++ y +++, pero mantiene la escala de la A (los más eficientes) a la G (los menos eficientes). El criterio es que haya pocos o ningún aparato en la clase “A” para evitar que la escala se quede corta de nuevo, por lo menos en el plazo de 10 años. No hay que olvidar que estos productos (PUEs) están en continuo progreso tecnológico que casi siempre conlleva una disminución en su consumo de energía.

Fuente: https://ec.europa.eu/info/energy-climate-change-environment/standards-tools-and-labels/products-labelling-rules-and-requirements/energy-label-and-ecodesign/european-product-database-energy-labelling_es

¿Qué envase de comida preparada contamina más?

Por primera vez se ha realizado un estudio para averiguar el impacto medioambiental de los recipientes para comida preparada. Dada su corta vida útil y reciclaje limitado, estos recipientes representan una fuente de contaminación importante. Para la investigación se ha analizado todo el ciclo de vida* de los tres tipos más utilizados, que están hechos de aluminio, plástico (polipropileno en una versión más fina y otra más gruesa tipo táper) y poliespán (poliestireno expandido). Además, se han tenido en cuenta estos 12 impactos medioambientales:

1. Agotamiento abiótico de los elementos
2. Agotamiento abiótico de los recursos fósiles
3. Agotamiento de la capa de ozono
4. Creación de oxidantes fotoquímicos
5. Acidificación
6. Eutrofización
7. Calentamiento global
8. Toxicidad humana
9. Ecotoxicidad terrestre
10. Ecotoxicidad acuática marina
11. Ecotoxicidad de agua dulce
12. Demanda de energía primaria

En las conclusiones obtenidas, los contenedores de poliespán son los que menos impacto tienen en las 12 categorías, y en concreto son los que menos recursos (materiales y energéticos) demandan para su fabricación. Por contra, los del polipropileno más finos suponen una de las peores opciones, seguido del aluminio. Para que el polipropileno sea medioambientalmente más ventajoso tiene que reutilizarse según el siguiente cuadro:

Aluminio (A) usado 1 vez Poliespán (B) usado 1 vez
PP fino (C) Usado más de 2 veces Usado más de 8 veces
PP grueso (táper) (D) Usado más de 8 veces Usado más de 41 veces

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Por último, en el estudio queda patente que si se reciclaran más, el impacto de todos los recipientes también sería menor.

* Materias primas, embalaje, producción, transporte, uso y gestión al final de su vida útil (residuo).

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0959652618336230#appsec1

Cumbre mundial de la valorización de residuos

Los días 19 y 20 de mayo tiene lugar en Londres la cuarta edición de la World Waste to Energy City Summit. Esta cita reúne a empresas internacionales de gestión de residuos, desarrolladores, banqueros, inversores de capital privado, proveedores de tecnología y usuarios finales.
El objetivo es tratar de acelerar la comercialización de los residuos como recursos, a través de las oportunidades globales que supone la transformación avanzada en energía, combustible y productos químicos. La cumbre mundial de la valorización de residuos aborda la necesidad de innovación, no sólo tecnológica, sino política, financiera y de modelos de colaboración.

La representación española en esta importante cita correrá a cargo de FCC Medio Ambiente, que expondrá las tendencias globales en valorización energética de residuos.
Además, se tratarán temas cómo los riesgos y oportunidades de la financiación con deuda y capital, debates sobre la industria de conversión energética avanzada, casos de éxito en las tecnologías de conversión avanzada (ACT), proyectos internacionales en mercados emergentes de gran potencial (Latinoamérica, Europa central y del este, Oriente Medio y sudeste asiático), productos de alto valor (combustibles y químicos) procedentes de los residuos urbanos municipales y comerciales.

World Waste to Energy City Summit 2015