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La economía espiral

Los actuales modos de producción y consumo deben encarar una transición rápida y justa, evolucionando desde una economía lineal (tomar-fabricar-consumir-eliminar) hacia una economía circular basada en procesos de ciclos cerrados que sean ecoeficientes y sostenibles para garantizar la suficiencia de un consumo racional. La circularidad o sostenibilidad medioambiental va más allá del uso eficiente de los recursos y del súper-reciclado, porque exige un cambio sistémico del modelo económico que sea tenga en cuenta que los recursos naturales son limitados. Además, no todo puede reciclarse porque existen límites termodinámicos y económicos. Los procesos económicos se producen en un sistema de bucle en espiral de degradación permanente que conlleva una determinada disipación de los materiales a través de su uso. De modo que, más que una economía circular sustentada en un reciclado completo, habría que plantear una “economía espiral” que promueva cerrar muchas veces, no solo una vez, los ciclos de los materiales. Esta economía explicaría la importancia del alargamiento de vida de todos los productos como consecuencia de la irreciclabilidad.

Economía circular-espiralHay que conseguir la necesaria desmaterialización, desenergización y descarbonización de la economía. La economía circular no solo es una solución ambiental alternativa al insostenible modelo lineal, sino una opción socioeconómica ecoeficiente y generadora de empleo. Las soluciones definitivas pasan por controlar las formas de consumo material y los estilos de vida de las sociedades que aspiran a vivir bien dentro de los límites ambientales.

Fuente: https://www.ecobook.com/libros/economia-circular-espiral-transicion-hacia-un-metabolismo-economico-cerrado/9788494817847/

Lineal vs. circular

A nuestro ritmo actual de consumo, estamos gastando los recursos 1,5 veces más rápido que lo que la naturaleza tarda en renovarlos. En este contexto surgen iniciativas que buscan alejarse de una economía lineal basada en un modelo de fabricación-uso-disposición, y orientarse hacia una economía circular basada en un modelo de reducción-reutilización-reciclaje, centrándose en minimizar el desperdicio y reciclar o reutilizar todos los productos finales. La economía circular mantiene los recursos en uso tanto tiempo como sea posible, extrae el máximo valor de ellos, y recupera y regenera productos y materiales al final de su ciclo de vida. Los productos deben estar diseñados para durar, deben fabricarse con componentes reciclados, y deben ser fáciles de mantener y reutilizar en toda su cadena de valor.

Para los fabricantes existen beneficios significativos con este enfoque más allá de salvar el planeta. La volatilidad de los recursos conduce a un flujo de materias primas impredecible, costes fluctuantes y cambios en la regulación. La reducción de la dependencia de estas materias primas les ayudaría a controlar costes y operaciones.

El caso de los aparatos eléctricos y electrónicos es recurrente en lo que a economía circular se refiere, por el uso intensivo de recursos problemáticos que requieren (como por ejemplo, el coltán) y los ciclos de vida tan cortos que tienen. Los sistemas de alquiler/arrendamiento y reparación/reventa tendrían todo el sentido en muchos de estos aparatos.

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Fuente: https://www.reportlinker.com/p04517371/The-Global-Circular-Economy-The-Impact-of-Reduce-Re-use-Recycle-on-Consumer-Markets.html

Recomendaciones de la ONU para combatir la obsolescencia

Para las economías desarrolladas, habría dos posibilidades de extensión de la vida útil del producto. La primera perspectiva tendría que ver con el código abierto y se basa en la idea de que si los consumidores tienen mejor información, pueden tomar mejores decisiones de compra. En este sentido se recomiendan las siguientes medidas:

  • Legislar contra la obsolescencia programada.
  • Introducir unos criterios mínimos de durabilidad en los productos (ecodiseño) y desarrollar estándares de medición, prueba y verificación.
  • Introducir una etiqueta de vida del producto estimada por el fabricante.
  • Extender la garantía del producto favoreciendo al consumidor.
  • Garantizar por ley el derecho a la reparación. Por ejemplo, reduciendo el IVA de esta actividad y disponiendo de manuales de reparación y piezas de repuesto.
  • Realizar un seguimiento a largo plazo de los productos que más energía consumen permitiría rastrear el impacto de las diferentes generaciones de producto, y sugerir nuevas maneras de extender su vida útil.
  • Educar e informar a los consumidores de la importancia de la durabilidad y reparabilidad frente al consumo irreflexivo.

La segunda perspectiva sería cerrar el círculo y para las empresas supone mantener el control económico sobre sus productos a lo largo de toda su vida útil, incluida la etapa de consumo, a través de modelos comerciales alternativos como el arrendamiento o el pago por uso. Esto incentiva el desarrollo de productos duraderos y reutilizables. En este caso las recomendaciones serían:

  • Introducir la responsabilidad individual del productor para categorías de productos específicas.
  • Eliminar las barreras legales para el reacondicionamiento y la refabricación, así como las barreras comerciales que prohíben la importación de piezas de productos que se remanufacturarán.
  • Promover modelos de negocios alternativos que transformen a los consumidores de “propietarios” a “usuarios”.
Fuente: https://wedocs.unep.org/handle/20.500.11822/22394

Hacia una economía circular

Existen dos vías para mantener el valor de los materiales y lograr una economía circular:

1) Utilizar las cosas durante más tiempo

El camino más efectivo hacia la economía circular consiste en reemplazar las cosas con menos frecuencia, reduciendo así la necesidad de nuevos materiales. Pero, por muy sencillo que parezca, adaptar los modelos de negocio tradicionales y rentables a una mayor vida útil de los productos requiere un cambio drástico de mentalidad desde todos los ángulos.

Prolongar la vida útil de los teléfonos podría reducir sus residuos hasta en un 25%

Prolongar la vida útil de los teléfonos podría reducir sus residuos hasta en un 25%

No es una idea revolucionaria y en la mayoría de los países de renta baja y media, muchos productos de consumo tienen una vida útil más larga que en países con mayores rentas. Los consumidores tendrán que adaptar su comportamiento, por ejemplo, consumiendo (comprando, alquilando o pidiendo prestado) productos cuya vida útil puedan prolongar mediante su mantenimiento, reparación, reutilización y reventa. Es posible que estos productos sean más caros y que, en algunos casos, deban consumirse mediante suscripciones o alquileres en lugar de compras directas. Los poderes legislativos también tienen que apoyar este cambio facilitando la transferencia de garantías de los productos entre propietarios, o incentivando la reparación frente a la compra (por ejemplo, reduciendo el IVA en el primer caso).

2) Reciclaje avanzado (con alta tecnología)

El problema es que este tipo de reciclaje no es posible actualmente a gran escala y tampoco la energía renovable necesaria para alimentarlo. Establecer los procesos y la infraestructura para conseguirlo resulta caro y no se está priorizando.

Fuente: https://www.weforum.org/agenda/2022/09/using-stuff-longer-does-the-shift-to-a-circular-economy-have-a-simple-solution/

The Climate Reality Project

1) Poner un precio al carbono. Cada servicio o producto debe incluir su huella de carbono (producción y transporte) y dicha huella debe formar parte del precio.

2) Apoyar a las energías renovables.

3) Impulsar urgentemente una movilidad no contaminante basada en el transporte público eléctrico, los trayectos en bicicleta y uso compartido de vehículos.

4) Proteger e impulsar nuestra biodiversidad. Cuidar y potenciar los bosques autóctonos, actuando proactivamente para evitar los incendios.

5) Agricultura sostenible y soberanía alimentaria: reducción del uso de fertilizantes, plaguicidas y consumo de agua.

6) Inversión en recogida, abastecimiento, depuración y gestión racional del agua.

7) La economía circular se debe extender impulsando, en este orden, la durabilidad, la reparabilidad y la reciclabilidad de los productos. Potenciando los mercados de segunda mano. Reduciendo la cantidad de residuos hasta niveles mínimos, haciendo que cada sector asuma como materias primas sus residuos reciclados. Las basuras de las ciudades han de separarse al 100% y la fracción orgánica debe convertirse en compost para abono de los campos. Los vertederos y las incineradoras deben tender a desaparecer y los que queden han de gestionarse de forma óptima (canon de entrada más alto, criterios de acceso más estrictos y captura de metano imprescindible).

8) Ciudades más sostenibles aplicando soluciones basadas en la naturaleza (renaturalización de espacios públicos, tejados verdes, huertos urbanos, etc.).

9) Modelo de turismo circular que mejore el entorno allí a dónde va y que no sea una fuente de consumo de recursos locales y contaminación.

10) La industria debe introducir el cambio climático de modo transversal en toda su gestión y producción.

Fuente: https://ethic.es/2020/04/ahora-o-nunca-un-futuro-verde-para-espana/

3 ejemplos de economía circular en aparatos

Estos tres ejemplos de economía circular aplicada a aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) están incluidos en el II Catálogo de Buenas Prácticas en Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico:

1) Ambiplace: marketplace social de donación de aparatos electrónicos. Ambiplace ha desarrollado una plataforma en la que los productores y distribuidores de aparatos eléctricos y electrónicos donan sus excedentes de stock/devoluciones. A través de este espacio se consigue que las ONG y/o centros educativos puedan recibir estos dispositivos en perfecto estado.

2) Análisis ambiental y técnico del uso de polipropileno reciclado en cocinas de BSH Electrodomésticos, comprobando que su comportamiento dimensional a temperaturas de uso de la cocina de inducción es adecuado, sin producirse deformaciones o contracciones diferentes a las sufridas por un material virgen. Una vez validado su comportamiento, se ha introducido este material en una pieza dedicada al soporte de la placa electrónica y gestión del cableado.

II Catálogo de Buenas Prácticas en Economía Circular

3) Reparación y reutilización de equipos de centrales eólicas de Endesa. La iniciativa promueve un cambio en la gestión del mantenimiento de las plantas eólicas, priorizando la reparación de los equipos pequeños averiados (motores, bombas, cilindros hidráulicos o tarjetas electrónicas) y su posterior reutilización, en lugar de su sustitución por equipos nuevos. De esta forma, se alarga la vida útil de los equipos, se reduce el consumo de materias primas asociado al suministro e instalación de un equipo nuevo, y se reducen los RAEE generados.

Fuente: https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/economia-circular/buenas-practicas-economia-circular/

Europa avanza hacia la economía circular

La estrategia de economía circular de la Unión Europea pretende sentar las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de productos, materiales y recursos se mantengan en la economía durante el mayor tiempo posible, reduciendo al mínimo la generación de residuos y aprovechando los que no se pueden evitar.

Las medidas que se han ido adoptando han estado centradas, sobre todo, en la gestión de los residuos, donde persisten importantes puntos débiles. Los escasos avances se dejan sentir en mayor grado en las fases de ecodiseño, ecoinnovación y prevención para minimizar el uso de los recursos naturales. Hay que tenir cuenta que hasta el 80% del impacto ambiental de un producto viene determinado en su fase de diseño.

La economía circular debe ser regenerativa a lo largo de todo el ciclo de vida del producto. En el diseño de productos circulares se busca mantener la integridad del producto y mejorar su calidad y duración, pero también que su diseño facilite el desmontaje, mantenimiento, reacondicionamiento y reciclaje.

Por lo tanto, el producto idealmente sostenible es aquel que:

  • tenga un buen rendimiento,
  • sea duradero,
  • reutilizable,
  • pueda repararse fácilmente,
  • no sea tóxico,
  • pueda ser mejorado y reciclado,
  • contenga material reciclado y
  • sea eficiente en recursos y energía.
Fuente: https://cotec.es/observacion/economia-circular/f62c16db-5823-deb4-7986-a786e5c3401c

Estrategias de circularidad para los productos

Desde una perspectiva medioambiental, la circularidad de los productos no tiene que ver con que tengan forma de círculo, sino con el ecodiseño y la economía circular. Estas serían algunas de las estrategias que consiguen que los productos sean más circulares:

  • Producto como servicio
    Convertir un producto en un sistema o un servicio crea un vínculo más fuerte con el cliente. En lugar de vender un producto se trata de arrendar el acceso a él.
  • Modularidad
    Un diseño modular facilita la personalización, el montaje, la reparación y la separación de los materiales al final de la vida útil.
  • Desmaterialización
    Reducir el volumen y peso del producto reduce el impacto en su producción, su transporte y en su tratamiento como desecho.
  • Utilización de materiales sostenibles
    Un material sostenible es aquel que es compostable, biodegradable, reciclable, reciclado o que provenga de cultivos regenerativos.
  • The Realist

    Fuente: https://www.agencyofdesign.co.uk/projects/design-out-waste/

  • Reducción del número de materiales
    Mezclar materiales en un mismo producto dificulta su separación y en consecuencia su reciclaje.
  • Reducción de recubrimientos
    Tratamientos como el cromado o las pinturas dificultan el reciclaje.
  • Reducción de sustancias peligrosas
    Los residuos que contienen sustancias como plomo, mercurio, arsénico o retardantes bromados de llamas, por ejemplo, pueden suponer un peligro para el medio ambiente y para la salud humana si no son tratados adecuadamente.
  • Preparado para el futuro
    Diseñar productos que se pueden adaptar fácilmente a nuevas tecnologías alarga su vida útil.
Fuente: https://residus.gencat.cat/web/.content/home/lagencia/publicacions/jornades/210519_raee_2019/targetes_exemple.pdf

Minería urbana

Jane Jacobs proclamó en Muerte y vida de las grandes ciudades (1961) que “las ciudades son las minas del futuro”. La madrina de los urbanistas predijo en cierta forma el auge de la minería urbana al darle una definición antes de que el mismo término existiera. En la actualidad haría referencia al reciclaje de minerales (como hierro, cobre, oro, plata…) extraídos de los residuos de la ciudad, ya sean edificios, infraestructuras, máquinas o aparatos.
Minería urbana
Vertederos y ciudades contienen metal desechado de todo tipo (vigas, tuberías, cables, vías de tranvías, restos industriales) que queda enterrado como si de una mina se tratara. A pesar de que aún no se haya perfeccionado la forma de separar pequeños trozos de metal de los materiales en los que están incrustados, la extracción desde estas minas urbanas tiene más ventajas que extraer los minerales directamente de la tierra. Además, el esfuerzo se ve recompensado gracias a que permiten un reciclaje continuo sin pérdida de calidad.

La idea de la minería urbana también puede ampliarse hasta el reciclaje y la reutilización sistemática de toda clase de residuos generados por los seres humanos, de manera que apenas hiciera falta recurrir a la naturaleza para producir nuevos bienes.

Aunque la visión de Jane Jacobs está aún muy lejos de convertirse en realidad, la incesante generación de residuos ha evidenciado la necesidad de ponerla en práctica y conseguir que los recursos entren en un círculo infinito (llámese núcleo urbano) del que nunca salgan (y no lleguen a llamarse residuos).

Consumo sostenible

La gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se compone de una diversidad de enfoques, acciones, actores (productores, consumidores, recicladores y administraciones) y temas. La prevención, antes que el reciclaje o la reutilización, es la opción prioritaria para preservar el medioambiente. Desde el punto de vista de la producción, significa incluir la menor cantidad de elementos tóxicos en los equipos y facilitar su desensamblaje al final de su vida útil. Desde la perspectiva del consumidor, implica no solo deshacerse adecuadamente de los productos cuando ya no sirven, sino incluso evitar la compra de esos productos. En los aparatos eléctricos y electrónicos, los nuevos diseños van captando el interés de los consumidores y promueven un consumo continuo contra el que hay que rebelarse. El consumo responsable consiste, además, en elegir productos pensando en su impacto ambiental y social, teniendo en consideración hasta los procesos de producción, transporte y distribución. También optar por la reparación del producto una vez adquirido apunta a un consumo más responsable.

hardware

Ese consumo responsable favorece además la economía circular, cuyo principal objetivo es mantener el valor de los productos, materiales y recursos en la economía el mayor tiempo posible. En este modelo, el papel del consumidor es crucial: es quien decide cuándo un producto se transforma en residuo. Además, debe depositarlo en el lugar adecuado que permita su correcto tratamiento: para recuperar materiales y para proteger el medio ambiente y la salud de quienes lo tratan.