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El etiquetado circular

Desde hace 30 años, la etiqueta energética ha ayudado a los europeos a elegir los aparatos en función de su ahorro de energía. Sin embargo, a medida que Europa se desplaza hacia una economía circular, mirando más allá del modelo actual de extraer/comprar→hacer/usar→desechar, la etiqueta energética también debe evolucionar y reflejar este cambio. Hoy en día, los consumidores esperan que los productos que adquieran no solo sean eficientes desde el punto de vista energético, sino que también duren y se puedan reparar. Con escalas objetivas sobre la durabilidad del producto, la capacidad de reparación y el impacto ambiental, los consumidores podrán elegir mejor. Y esto, a su vez, estimulará la innovación y la competencia en sostenibilidad/circularidad.

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ECOS, una ONG que fomenta la vertiente medioambiental en el desarrollo de estándares y especificaciones técnicas, considera que es momento de que el etiquetado de los productos ayude a cumplir los objetivos de la economía circular. Por ello ha propuesto esta nueva etiqueta que sirve para destacar los productos eléctricos y electrónicos más sostenibles y guiar a los consumidores hacia ellos. Esto lo conseguiría informando explícitamente de:

  • La garantía ofrecida, la duración esperada del producto o sus partes y el tiempo durante el cual estarán disponibles las actualizaciones de software.
  • La disponibilidad de piezas de repuesto y de las instrucciones de reparación.
  • Parámetros ambientales clave como el consumo de agua del producto, gases de efecto invernadero, y decibelios que emite o si tiene componentes tóxicos.

Valorizar un residuo

¿Qué significa valorizar un residuo? Consiste en aprovecharlo al máximo a través de cualquier tratamiento que no suponga ningún perjuicio para la salud humana ni para el medio ambiente.

Estos serían dos ejemplos de valorización:

  • Residuo: envases vacíos contaminados. El primer paso es recoger ese envase de forma separada. La valorización incluye el procedimiento de optimizar el espacio, para lo cual se limpia, se tritura, se prepara y se manda a otro gestor final.
  • Residuo: aceite vegetal usado. La recogida separada en este caso puede ser incluso puerta a puerta en el sector de la hostelería (donde se suministra un bidón de 30-50 litros). Su logística implica que se recoge el bidón lleno a la vez que se deja uno vacío. Ya en la planta se prepara, se limpia, se separan el agua y los restos de frituras y se equilibra la acidez. Cuando hay suficiente aceite para llenar una cisterna de, por ejemplo, 25 toneladas, entonces se manda a una refinería. De esta forma, ese residuo de aceite vuelve a entrar en la economía como materia prima: biocombustible.

jerarquia-residuosLas ventajas de valorizar los residuos son claras, y hacia ellas va encaminada la economía circular:

  1. Se evita la contaminación producida por ese residuo.
  2. Se evita el uso de una materia prima extraída de la naturaleza.
  3. Al obtener valor de él, se contrarresta el coste de su gestión.

Economía circular y blockchain

Algunos fabricantes han adoptado la tecnología blockchain o cadena de bloques para ofrecer a los consumidores información verificada sobre el reciclaje de sus productos. Dado que la cadena de valor implica a muchos participantes, disponer de la información en una red descentralizada con garantías de inmutabilidad es de gran importancia. La transparencia es otra ventaja clave de la tecnología blockchain, ya que cualquier participante puede consultar o auditar los datos registrados en el libro mayor.

- Fabricantes de automóviles, como BMW, Ford, General Motors y Renault, han construido la Mobility Open Blockchain Initiative para crear un nuevo ecosistema digital de reciclaje de movilidad
- HP está detrás de la empresa emergente Everledger, que verifica el reciclaje de baterías de iones de litio
- H&M valida la información sobre el reciclaje de sus productos a través de The Kering Group

Mobility Open Blockchain Initiative

Mobility Open Blockchain Initiative (MOBI) [Hacer clic para ver más grande]

La tecnología blockchain para verificar la información sobre el reciclaje de los productos facilita aumentar el precio de los productos, porque refuerza la predisposición a pagar más de la persona consumidora concienciada. Sin embargo, la adopción de la tecnología blockchain puede perjudicar al medio ambiente, aunque se reciclen más productos al final de su vida útil. La huella de carbono de todo el ciclo de vida de los productos es la única que puede determinar el verdadero impacto medioambiental.

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0360835223000451?fr=RR-2&ref=pdf_download&rr=7df56f724f5e384a

6 propuestas para fomentar el uso circular de los aparatos

La cantidad de materias primas y sustancias nocivas empleadas en la fabricación de los aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) son incompatibles con el carácter finito de los recursos y los estándares de protección ambiental. Además, la cantidad de RAEE generados es inasumible por las propias capacidades de gestión de residuos, lo que provoca soluciones irregulares como el depósito en vertederos o traslados clandestinos a países en vías de desarrollo.

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Kilos de RAEE generados por habitante al año (pinchar para ampliar)

El sector eléctrico y electrónico afronta un reto particular en cuanto a prevención de residuos se refiere: las características técnicas de los AEE, los breves ciclos de innovación a los que están sometidos y las actuales dinámicas de consumo provocan que a menudo sean desechados cuando todavía son funcionales o fácilmente reparables.

Por tanto, los ámbitos de actuación prioritarios para la economía circular en materia de RAEE serían:

1.  Aumentar la garantía legal de los AEE
2. Regulación específica contra la obsolescencia programada
3. Fomentar los servicios de reparación
4. Establecer unos objetivos específicos de preparación para la reutilización
5. Etiquetado de durabilidad en los AEE
6. Contratación pública ecológica (las obras, los servicios o los suministros cumplen unos requisitos medioambientales)

Las dos primeras opciones en la jerarquía de residuos son la prevención y la preparación para la reutilización, por lo que resulta especialmente importante avanzar en un tipo de diseño y producción de AEE que tenga en cuenta y facilite la reparación de estos productos y su posible actualización, así como su reutilización, desmontaje y reciclado. También la gestión de estos residuos debe optar por aquellas técnicas de valorización que optimicen la recuperación de aparatos y piezas con el menor gasto posible de energía y nuevos materiales (preparación para la reutilización, reparación, actualización) por encima de las técnicas de eliminación (vertido, incineración).

Fuente: http://www.actualidadjuridicaambiental.com/wp-content/uploads/2018/11/2018_11_12_Puentes_RAEE-economia-circular.pdf

La ciudadanía y la economía circular

La ciudadanía está muy lejos de tener un comportamiento de consumo “circular”. La colaboración entre diferentes agentes (públicos y privados) es clave para cambiar el modelo de producción, y también el de consumo. La concienciación de los consumidores pasa por mensajes directos y concretos que motiven un cambio de actitud. Además, se deben comunicar más y de forma más clara los esfuerzos que las empresas llevan a cabo en cuanto a sostenibilidad, para que también lleguen a sus clientes. La forma más efectiva de que los consumidores sean más “circulares” es que se les incentive económicamente. Por ejemplo con:

  • Descuentos para que devuelvan el producto al final de su vida útil (envases, aparatos eléctricos…).
  • Descuentos por utilizar un producto o servicio de forma eficiente (por ejemplo, envases rellenables en vez de usar y tirar).

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Las administraciones públicas deberían potenciar el cambio a modelos más circulares a través de:

  • Una hoja de ruta concreta con objetivos marcados, que sean ambiciosos y que potencien la transformación del modelo.
  • Un diálogo constante con las empresas para trabajar en la misma línea y evitar que la normativa o la desregulación impidan la implementación de procesos circulares.
  • Una mesa de trabajo sobre estrategias circulares con todos los actores (entidades sociales, universidades…) y con la implicación ciudadana.
  • Incentivos a las empresas más “circulares” y penalizaciones a las menos sostenibles.
Fuente: https://eco-circular.com/wp-content/uploads/2018/07/EconomiaCircular_CAST.pdf

La economía espiral

Los actuales modos de producción y consumo deben encarar una transición rápida y justa, evolucionando desde una economía lineal (tomar-fabricar-consumir-eliminar) hacia una economía circular basada en procesos de ciclos cerrados que sean ecoeficientes y sostenibles para garantizar la suficiencia de un consumo racional. La circularidad o sostenibilidad medioambiental va más allá del uso eficiente de los recursos y del súper-reciclado, porque exige un cambio sistémico del modelo económico que sea tenga en cuenta que los recursos naturales son limitados. Además, no todo puede reciclarse porque existen límites termodinámicos y económicos. Los procesos económicos se producen en un sistema de bucle en espiral de degradación permanente que conlleva una determinada disipación de los materiales a través de su uso. De modo que, más que una economía circular sustentada en un reciclado completo, habría que plantear una “economía espiral” que promueva cerrar muchas veces, no solo una vez, los ciclos de los materiales. Esta economía explicaría la importancia del alargamiento de vida de todos los productos como consecuencia de la irreciclabilidad.

Economía circular-espiralHay que conseguir la necesaria desmaterialización, desenergización y descarbonización de la economía. La economía circular no solo es una solución ambiental alternativa al insostenible modelo lineal, sino una opción socioeconómica ecoeficiente y generadora de empleo. Las soluciones definitivas pasan por controlar las formas de consumo material y los estilos de vida de las sociedades que aspiran a vivir bien dentro de los límites ambientales.

Fuente: https://www.ecobook.com/libros/economia-circular-espiral-transicion-hacia-un-metabolismo-economico-cerrado/9788494817847/

Lineal vs. circular

A nuestro ritmo actual de consumo, estamos gastando los recursos 1,5 veces más rápido que lo que la naturaleza tarda en renovarlos. En este contexto surgen iniciativas que buscan alejarse de una economía lineal basada en un modelo de fabricación-uso-disposición, y orientarse hacia una economía circular basada en un modelo de reducción-reutilización-reciclaje, centrándose en minimizar el desperdicio y reciclar o reutilizar todos los productos finales. La economía circular mantiene los recursos en uso tanto tiempo como sea posible, extrae el máximo valor de ellos, y recupera y regenera productos y materiales al final de su ciclo de vida. Los productos deben estar diseñados para durar, deben fabricarse con componentes reciclados, y deben ser fáciles de mantener y reutilizar en toda su cadena de valor.

Para los fabricantes existen beneficios significativos con este enfoque más allá de salvar el planeta. La volatilidad de los recursos conduce a un flujo de materias primas impredecible, costes fluctuantes y cambios en la regulación. La reducción de la dependencia de estas materias primas les ayudaría a controlar costes y operaciones.

El caso de los aparatos eléctricos y electrónicos es recurrente en lo que a economía circular se refiere, por el uso intensivo de recursos problemáticos que requieren (como por ejemplo, el coltán) y los ciclos de vida tan cortos que tienen. Los sistemas de alquiler/arrendamiento y reparación/reventa tendrían todo el sentido en muchos de estos aparatos.

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Fuente: https://www.reportlinker.com/p04517371/The-Global-Circular-Economy-The-Impact-of-Reduce-Re-use-Recycle-on-Consumer-Markets.html

Recomendaciones de la ONU para combatir la obsolescencia

Para las economías desarrolladas, habría dos posibilidades de extensión de la vida útil del producto. La primera perspectiva tendría que ver con el código abierto y se basa en la idea de que si los consumidores tienen mejor información, pueden tomar mejores decisiones de compra. En este sentido se recomiendan las siguientes medidas:

  • Legislar contra la obsolescencia programada.
  • Introducir unos criterios mínimos de durabilidad en los productos (ecodiseño) y desarrollar estándares de medición, prueba y verificación.
  • Introducir una etiqueta de vida del producto estimada por el fabricante.
  • Extender la garantía del producto favoreciendo al consumidor.
  • Garantizar por ley el derecho a la reparación. Por ejemplo, reduciendo el IVA de esta actividad y disponiendo de manuales de reparación y piezas de repuesto.
  • Realizar un seguimiento a largo plazo de los productos que más energía consumen permitiría rastrear el impacto de las diferentes generaciones de producto, y sugerir nuevas maneras de extender su vida útil.
  • Educar e informar a los consumidores de la importancia de la durabilidad y reparabilidad frente al consumo irreflexivo.

La segunda perspectiva sería cerrar el círculo y para las empresas supone mantener el control económico sobre sus productos a lo largo de toda su vida útil, incluida la etapa de consumo, a través de modelos comerciales alternativos como el arrendamiento o el pago por uso. Esto incentiva el desarrollo de productos duraderos y reutilizables. En este caso las recomendaciones serían:

  • Introducir la responsabilidad individual del productor para categorías de productos específicas.
  • Eliminar las barreras legales para el reacondicionamiento y la refabricación, así como las barreras comerciales que prohíben la importación de piezas de productos que se remanufacturarán.
  • Promover modelos de negocios alternativos que transformen a los consumidores de “propietarios” a “usuarios”.
Fuente: https://wedocs.unep.org/handle/20.500.11822/22394

Hacia una economía circular

Existen dos vías para mantener el valor de los materiales y lograr una economía circular:

1) Utilizar las cosas durante más tiempo

El camino más efectivo hacia la economía circular consiste en reemplazar las cosas con menos frecuencia, reduciendo así la necesidad de nuevos materiales. Pero, por muy sencillo que parezca, adaptar los modelos de negocio tradicionales y rentables a una mayor vida útil de los productos requiere un cambio drástico de mentalidad desde todos los ángulos.

Prolongar la vida útil de los teléfonos podría reducir sus residuos hasta en un 25%

Prolongar la vida útil de los teléfonos podría reducir sus residuos hasta en un 25%

No es una idea revolucionaria y en la mayoría de los países de renta baja y media, muchos productos de consumo tienen una vida útil más larga que en países con mayores rentas. Los consumidores tendrán que adaptar su comportamiento, por ejemplo, consumiendo (comprando, alquilando o pidiendo prestado) productos cuya vida útil puedan prolongar mediante su mantenimiento, reparación, reutilización y reventa. Es posible que estos productos sean más caros y que, en algunos casos, deban consumirse mediante suscripciones o alquileres en lugar de compras directas. Los poderes legislativos también tienen que apoyar este cambio facilitando la transferencia de garantías de los productos entre propietarios, o incentivando la reparación frente a la compra (por ejemplo, reduciendo el IVA en el primer caso).

2) Reciclaje avanzado (con alta tecnología)

El problema es que este tipo de reciclaje no es posible actualmente a gran escala y tampoco la energía renovable necesaria para alimentarlo. Establecer los procesos y la infraestructura para conseguirlo resulta caro y no se está priorizando.

Fuente: https://www.weforum.org/agenda/2022/09/using-stuff-longer-does-the-shift-to-a-circular-economy-have-a-simple-solution/

The Climate Reality Project

1) Poner un precio al carbono. Cada servicio o producto debe incluir su huella de carbono (producción y transporte) y dicha huella debe formar parte del precio.

2) Apoyar a las energías renovables.

3) Impulsar urgentemente una movilidad no contaminante basada en el transporte público eléctrico, los trayectos en bicicleta y uso compartido de vehículos.

4) Proteger e impulsar nuestra biodiversidad. Cuidar y potenciar los bosques autóctonos, actuando proactivamente para evitar los incendios.

5) Agricultura sostenible y soberanía alimentaria: reducción del uso de fertilizantes, plaguicidas y consumo de agua.

6) Inversión en recogida, abastecimiento, depuración y gestión racional del agua.

7) La economía circular se debe extender impulsando, en este orden, la durabilidad, la reparabilidad y la reciclabilidad de los productos. Potenciando los mercados de segunda mano. Reduciendo la cantidad de residuos hasta niveles mínimos, haciendo que cada sector asuma como materias primas sus residuos reciclados. Las basuras de las ciudades han de separarse al 100% y la fracción orgánica debe convertirse en compost para abono de los campos. Los vertederos y las incineradoras deben tender a desaparecer y los que queden han de gestionarse de forma óptima (canon de entrada más alto, criterios de acceso más estrictos y captura de metano imprescindible).

8) Ciudades más sostenibles aplicando soluciones basadas en la naturaleza (renaturalización de espacios públicos, tejados verdes, huertos urbanos, etc.).

9) Modelo de turismo circular que mejore el entorno allí a dónde va y que no sea una fuente de consumo de recursos locales y contaminación.

10) La industria debe introducir el cambio climático de modo transversal en toda su gestión y producción.

Fuente: https://ethic.es/2020/04/ahora-o-nunca-un-futuro-verde-para-espana/