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El envase alimentario más sostenible

Hay casos en los que el envasado de alimentos resulta imprescindible, por ejemplo, cuando el alimento está troceado o para preservar sus cualidades durante más tiempo.

El rPET es plástico PET reciclado. Las siglas PET significan politereftalato de etileno o, lo que es lo mismo, básicamente poliéster. El rPET se fabrica a partir de plástico PET previamente utilizado, ya sea de las habituales botellas de bebidas o de otros envases.

Kolkman Verpakkingen

Envase 100% rPET de Kolkman Verpakkingen Hedel

El rPET es el envase para frutas y hortalizas más ecológico que existe. Este material circular es reciclable, protege bien los productos y es seguro para el consumidor. Además, es muy transparente y fácil de procesar.

Alternativas a los envases de PET reciclado

El ácido poliláctico (PLA) es un material biodegradable y compostable fabricado a partir de materias primas renovables de origen vegetal, como el almidón de maíz o la caña de azúcar. Pero todavía no se puede producir con la suficiente eficacia y al ser más difícil de conseguir, resulta mucho más caro. Además, a la hora de separar la basura en casa, resulta difícil distinguir entre el PLA y el rPET. Es habitual que el PLA acabe con los residuos de envases plásticos, cuando debería ir al contenedor de residuos orgánicos.

El polipropileno (PP) tiene una gran desventaja: no está permitido reutilizarlo en la cadena alimentaria porque su calidad se deteriora. Su utilidad reside en que algunos productos necesitan calentarse mientras están en el envase. Eso no es posible con un envase de rPET, pero sí con el de PP. Además, se pueden hacer muebles o señalización vial a partir del envase de PP originario.

Fuente: https://www.freshplaza.es/article/9401389/envases-del-futuro-para-frutas-y-hortalizas-plastico-o-papel/

¿Son los bioplásticos más seguros que los plásticos convencionales?

Los bioplásticos y los materiales de base vegetal se comercializan como una alternativa sostenible a los plásticos convencionales. Sin embargo, se sabe poco con respecto a las sustancias químicas que contienen y a la seguridad de estos compuestos. En un reciente estudio han analizado 43 productos cotidianos de base biológica y/o biodegradables en contacto con alimentos. Dos tercios (67%) de las muestras tenían una toxicidad de base, un 42% se oxidaban y un 23% presentaban la capacidad de suprimir la acción de la testosterona en mamíferos.

Las muestras de materiales a base de celulosa y almidón generalmente provocaron una fuerte toxicidad in vitro y contenían más compuestos químicos. Las trazas toxicológicas y químicas del Bio PE, Bio PET, PBAT, PBS, PLA, PHA y los materiales a base de bambú variaban según el producto. La toxicidad era menos frecuente y potente en las materias primas que en los productos finales. Una comparación con los plásticos convencionales indica que los bioplásticos y los materiales de base vegetal son igualmente tóxicos.

Biopolímeros

Este estudio pone de relieve la necesidad de centrarse más en los aspectos de la seguridad química al diseñar alternativas plásticas verdaderamente “mejores”. Porque ahora mismo se está utilizando la etiqueta “eco” o “bio” como reclamo positivo en estos productos.

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412020320213#!

6 formas de mitigar el problema del plástico para alimentos

Estas son las seis maneras a las que más recurre el sector alimentario para mejorar el problema del plástico:

  1. Reducir el peso del envase. Por ejemplo, reemplazando tapas por film transparente, agujereando el embalaje o agrupando productos en lugar de empaquetarlos individualmente.
  2. Utilizar más plástico reciclado en el embalaje. Para ser reciclado en un nuevo envase alimenticio de alta calidad, se debe demostrar que el 95% del material fue utilizado anteriormente para alimentos. En la actualidad esto es posible para el plástico PET (que se convierte en rPET), pero no para otros tipos.
  3. Mejorar la reciclabilidad de los envases (relacionado con el punto anterior). Solo hay que:
    A) elegir un tipo común de plástico (como PE, PP o PET)
    B) elegir un color común (blanco o transparente)
    C) evitar combinaciones de materiales, como ventanas de plástico en envases de cartón.
  4. Utilizar más plástico de base biológica y/o biodegradable, que actualmente representa menos del 1% de todo el que se produce. Los plásticos de origen biológico más utilizados son bio-PET (por ejemplo, para botellas de refrescos) y PLA (utilizados en bandejas de carne y verduras). Por desgracia, este tipo de plástico supone ahora mismo un problema en las plantas de reciclaje y compostaje.
  5. Pasar de envases no reutilizables a reutilizables. En supermercados para la venta a granel o para ventas online de un mismo producto recurrente.
  6. Utilizar otros materiales de embalaje. Pero para muchos productos frescos (como carnes, quesos, pescados y verduras) ni siquiera hay alternativas más sostenibles.

The_plastic_puzzle

Fuente: https://think.ing.com/uploads/reports/ING_-_The_plastic_puzzle_-_December_2019_%28003%29.pdf

El problema del plástico

Como máximo exponente del usar y tirar, los residuos plásticos son un grave problema medioambiental:

  1. Son derivados del petróleo, es decir, de un recurso no renovable.
  2. Se generan en enormes cantidades que no son gestionadas adecuadamente.
  3. En ausencia de gestión, permanecen en el medio ambiente tanto tiempo que incluso se han introducido en nuestra cadena alimentaria.

¿Cuáles son las soluciones?

  1. La única solución es utilizar otros materiales que no sean plásticos como cartón, madera, bambú. Aunque más caras, sí existen opciones.
  2. Si hay que utilizarlo, mejor si está hecho de residuos, ya sean orgánicos o plásticos, para que su ciclo sea circular en vez de lineal (usar y tirar):

a) Los plásticos biodegradables/compostables serían también una buena alternativa, pero con el inconveniente de que estos plásticos no son mecánicamente reciclables y son apenas reutilizables por su fragilidad. Además, deben tener especificado el tiempo y en qué condiciones desaparecen*.
b) Los bioplásticos o los plásticos 100% reciclados resolverían solo el primer problema porque procederían de fuentes renovables (ya sean plantas o residuos plásticos), empleando eso sí, menos gases de efecto invernadero en su fabricación.

Biopolímeros

En los últimos años se han puesto en el mercado plásticos etiquetados como «oxodegradables». Son plásticos convencionales a los que se añaden unos aditivos que actúan como catalizadores para microfragmentar con ayuda de la luz, calor o rayos ultravioleta. No son una solución al problema de la contaminación ocasionada por abandono (littering), sino que más bien lo agravan.

* La biodegradación o reciclaje orgánico es un proceso químico en el que los materiales se metabolizan en dióxido de carbono (y según las condiciones, también metano), agua y biomasa con la ayuda de microorganismos.

Los bioplásticos

Existe una gran necesidad de encontrar sucedáneos del plástico tradicional que no acarreen los problemas de contaminación persistente de éste y que constituyan un recurso sostenible. Los bioplásticos, biodegradables, reciclables y provenientes de fuentes renovables, son una medida de reducción de la huella de carbono y del problema de los residuos plásticos. Se fabrican a partir de productos vegetales, tales como celulosa, el aceite de soja, el maíz o la fécula de patata, a diferencia de los plásticos convencionales, derivados del petróleo.

Los resultados del último estudio anual europeo de bioplásticos confirman la tendencia positiva de su crecimiento. Se estima que en 2018 rondarán los 6.700 millones de toneladas (en 2013 se consiguieron 1.600 millones). El packaging flexible y rígido sigue siendo el líder indiscutible en la aplicación de bioplásticos, seguido del sector textil y automovilístico.

Global Prod Capacity_Total_2013_en+de

El principal inconveniente de los bioplásticos, además de su coste de producción superior, es que se elaboran principalmente de harina o almidón de maíz, trigo u otros granos, por lo que su producción a gran escala podría tener un impacto negativo en la disponibilidad de alimentos y causar aumentos de precios en los alimentos, como el pan y la pasta. Solo unos pocos bioplásticos son derivados de residuos agrícolas o alimentarios (cáscaras de crustáceos, de panadería). De modo que el futuro de los bioplásticos pasa por esos residuos, los de la industria forestal y los residuos domésticos.