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Cómo aumentar el reciclaje de los envases plásticos

La estadística oficial sobre la gestión de residuos sujetos a la responsabilidad ampliada del productor se basa en los datos de puesta en el mercado de esos productos. De esta forma, queda fuera todo el flujo informal que haya seguido ese residuo, ya sea porque el productor no declara el producto que pone en el mercado o porque el residuo se ha reciclado sin cumplir la normativa.

Por ejemplo, la tasa de reciclaje calculada por Ecoembes es el resultado de la división de las toneladas de residuos de envases domésticos ligeros que se entregan a instalaciones recicladoras homologadas, entre las toneladas de envases domésticos ligeros que las empresas adheridas declaran. Sin embargo, si se tienen en cuenta todos los residuos de envases que se generan, el denominador de esa división sería mucho mayor. Esos son los datos en los que se ha basado un reciente estudio sobre la gestión de residuos de envases de plástico, que indican una tasa de recogida real del 15,3% y una tasa de reciclaje final del 11,3%. Porque, además, asociar la recogida de residuos con su reciclaje final es otra de las razones por la que las cifras se desvirtúan.

Todos los envases De plástico Papel y cartón
(envases tipo brik incluidos)
De metal (latas) De madera (pallets)
Tasa Ecoembes 2020 80,7% 81,2% 78,9% 86,9% 60,9%

En este sentido, el polietileno de alta densidad (HDPE) se recicla en una proporción del 28,5% sin apenas rechazos en la planta de tratamiento. Por el contrario, solo se recicla el 3,3% del plástico film, con un rechazo en planta del 50%.

El estudio pone de manifiesto que no se alcanzarán los objetivos mínimos legales de reciclaje o incorporación de materiales reciclados mejorando únicamente la recogida selectiva. El diseño debe convertirse en el eje estratégico hacia la circularidad. Simplemente fabricando solo envases rígidos de PET y HDPE y evitando los films plásticos es posible aumentar la tasa de reciclaje de los residuos de envases.

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2352550922000458

La gestión de residuos en la venta online

Los mercados tradicionales, donde varios vendedores venden su producto compartiendo un mismo espacio, también existen en internet donde se denominan marketplace. Sitios web como Amazon, Ebay o incluso Facebook actúan como estos mercadillos de internet. En lo que a residuos se refiere, el problema que se ha detectado es que estos mercados online acogen a vendedores que no cumplen la ley.

Pero desde este año, Francia y Alemania han tomado medidas y responsabilizan al Marketplace de que sus vendedores cumplan la ley. Esto quiere decir que, por ejemplo Amazon, está obligado legalmente a confirmar que un vendedor que vende aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) cumple con los requisitos de responsabilidad ampliada del productor en el país. Por lo tanto, solicitará y comprobará el número o números de registro de responsabilidad ampliada del productor de productos como embalajes, pilas o baterías o los mencionados aparatos.

Marketplace

Además, si se venden AEE en Alemania y Francia existe la obligación de ofrecer a los clientes servicios de recogida de AEE. A partir del 1 de enero de 2022, las siguientes categorías adicionales se incluyen también en las obligaciones de devolución en Francia: mobiliario, productos químicos y cartuchos de gas de un solo uso. La manera para llevar a cabo estas recogidas a distancia es simplemente formulando la siguiente pregunta al cliente en la pantalla de compra: “¿Quieres reciclar el producto antiguo de manera gratuita?”.

Estos requisitos son los mismos que tiene que cumplir cualquier productor/vendedor de estos productos, independientemente de la forma de venta.

Fuente: https://sellercentral.amazon.es/gp/help/external/help.html?itemID=YDCAK9ZR6VJH2X3&language=es_ES&ref=efph_YDCAK9ZR6VJH2X3_relt_201190440

La gestión de RAEE en Suiza, Colombia y Japón

Suiza, Colombia y Japón se caracterizan por alcanzar altos niveles de desarrollo en la gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en sus respectivas regiones. Dentro de sus características comunes se encuentran:
• El establecimiento de la política de Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) como base de los sistemas de gestión.
• El desarrollo de un marco normativo que define los actores involucrados y sus responsabilidades.
• La definición de los aparatos sujetos a las leyes y normativas de reciclaje.
• La libertad otorgada a los productores para definir los sistemas de gestión que les permitan cumplir sus obligaciones.
• El desarrollo de sistemas de gestión que están estrechamente asociados con industrias específicas, de modo que respondan a las necesidades particulares de estas industrias o empresas.

Los sistemas de gestión implementados en estos tres países presentan también ciertas diferencias. Una de las principales diferencias identificadas tiene relación con la existencia o inexistencia de tarifas que financian los sistemas de gestión y con el momento en que estas son aplicadas. En este sentido, hay tarifas que son aplicadas en el momento de la venta de productos, como ocurre en Suiza, y tarifas pagadas en el momento de la entrega de los RAEE, como ocurre en Japón y Colombia para grandes electrodomésticos. Además, hay casos en los cuales no existen cobros asociados al tratamiento de los RAEE, como en los pequeños electrodomésticos de Japón.

Economía circular y valorización de metales: residuos de apara

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Por otra parte, en Japón y Suiza la valorización de los RAEE es realizada dentro de los países porque cuentan con las tecnologías necesarias para hacerlo. Sin embargo, en Colombia los procesos de desmontaje son básicamente de tipo manual y las partes recuperadas son exportadas para su valorización.

Fuente: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/47429/1/S2100496_es.pdf

¿Cómo mejorar la gestión de residuos en España?

Para que el Estado español pueda cumplir con la legislación europea en materia de residuos municipales hay que tener en cuenta las siguientes deficiencias:

a) Los planes de residuos de las comunidades pueden no estar directamente alineados con las obligaciones nacionales.
b) Progresos lentos en la adopción de sistemas de recogida selectiva más eficaces, en particular de residuos orgánicos.
c) Escaso rendimiento de las plantas de tratamiento mecánico-biológico (MBT).
d) Falta de aplicación de instrumentos económicos en la gestión de residuos.
e) Falta de rigor en los datos para la presentación de informes.
f) Falta de coordinación y cooperación en los envíos de residuos entre comunidades.

Por tanto, las medidas más importantes que habría que tomar serían:

  • Introducción de un impuesto nacional al vertido de residuos municipales.
  • Introducción de la prevención y la gestión de residuos orgánicos en los planes de las comunidades autónomas.
  • Vincular de forma progresiva los costes de gestión a la generación, y asegurar que las actividades comerciales cubren el coste de la gestión de sus residuos.
  • Mejora y creación de nuevos sistemas de responsabilidad ampliada del productor: expandir esta responsabilidad a nuevos flujos de residuos (muebles, textiles, productos sanitarios y de higiene…), introducir criterios de ecodiseño (durabilidad de los productos, reciclabilidad…) o considerar la implementación de sistemas de depósito y devolución.
  • Recopilar, comparar y armonizar los métodos de cálculo de residuos municipales orgánicos enviados a vertedero.
  • Abordar las causas de la inconsistencia entre los balances de masa reportados por las plantas de tratamiento y por la recogida municipal de residuos.
  • Control efectivo de los flujos internacionales de residuos.
Fuente: https://ec.europa.eu/environment/pdf/waste/framework/facsheets%20and%20roadmaps/Roadmap_Spain.pdf

Día Internacional de los RAEE

La asociación WEEE Forum se fundó en 2002 y está formada por 43 organizaciones de responsabilidad ampliada del productor de aparatos eléctricos y electrónicos de todo el mundo. Los sistemas colectivos (SCRAP) españoles que pertenecen a WEEE Forum son Ecolec, Ecotic y Recyclia. Aunque la primera edición tuvo lugar el 13 de octubre de 2018, finalmente la asociación estableció el 14 de octubre como el Día Internacional de los RAEE, con acciones para promover la recogida, reparación, reutilización o reciclaje de estos residuos. Partiendo de las más de 50 empresas de 30 países que participaron al principio, los números se han ido incrementando año tras año. Este año, el Día Internacional de los RAEE se centrará en el papel crucial que cada uno de nosotros tiene para hacer realidad la circularidad de los equipos eléctricos y electrónicos. Porque si los depositamos en el lugar correcto cuando ya no nos sirven, evitamos que contaminen y que se salgan del círculo económico donde todo se aprovecha.

IEWD

Según un estudio encargado por el Parlamento Europeo, en la Unión Europea la demanda de ordenadores personales y tabletas aumentó un 4,6% interanual hasta diciembre de 2020. En este contexto, es aún más importante concienciar a los usuarios sobre las opciones que existen para estos dispositivos al final de su vida útil.

Las actividades del Día Internacional de los RAEE han sido desde conferencias hasta concursos y juegos, pasando por campañas de recogida en colegios y ciudades. Esta edición pondrá de manifiesto que el consumidor es la clave de la economía circular, en la que los residuos son considerados valiosos recursos.

Fuente: https://weee-forum.org/iewd-about/

El problema de los RAEE en Australia

En Australia cuentan con un Plan Nacional de Reciclaje de Televisores y Ordenadores (National Television and Computer Recycling Scheme) desde 2011, con el objetivo de evitar que televisores, ordenadores, impresoras y periféricos informáticos vayan a parar a los vertederos.

En la cúspide de la industria de reciclaje, opaca por definición, se encuentran cuatro organizaciones o SCRAP (sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor) que sirven de enlace entre los fabricantes de aparatos que financian el sistema y el gobierno. Estas organizaciones son las encargadas de supervisar el trabajo de los recicladores, pero también hacen las veces de recicladores de tal modo que sus obligaciones se solapan y confunden.

Australia recycling-infographic

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Australia no tiene apenas capacidad para procesar estos aparatos por lo que, una vez recogidos por el sistema, los componentes (placas de circuitos, plástico y vidrio) se enviaban hasta hace poco al extranjero.

Los problemas de trazabilidad, transparencia y aplicación de la ley se hicieron patentes cuando en 2017 la Basel Action Network (BAN) intentó averiguar a dónde iban exactamente los RAEE de Australia. Para ello acoplaron receptores GPS en 35 viejos televisores de tubo, monitores planos e impresoras. Y vieron que tres pantallas LCD depositadas en Brisbane llegaban a un almacén en Hong Kong y luego a un vertedero ilegal en una zona rural de Tailandia, donde se abrieron paso hasta el interior.

Actualmente, la prioridad para Australia es crear una verdadera economía circular capaz de convertir los móviles desechados en oro, las placas base de los portátiles en encimeras de cocina y los paneles solares en bloques de construcción.

Fuente: https://www.theguardian.com/environment/2021/aug/22/going-to-e-waste-australias-recycling-failures-and-the-challenge-of-solar

La responsabilidad ampliada del productor

La Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos contaminados dedica un título a la “Responsabilidad ampliada del productor del producto” (RAP). En él se explica que en aplicación del principio de «quien contamina paga» la persona física o jurídica que fabrique, importe o adquiera en otros estados miembros de la Unión Europea, tiene la obligación de asumir la financiación de la gestión de los residuos que proceden de sus productos. La RAP abarca todo el ciclo de vida del producto, desde su fabricación hasta que se convierte en residuo. La primera vez que se estableció la responsabilidad del productor en la gestión de residuos fue en la Directiva 2002/96/CE del Parlamento Europeo y el Consejo, de 27 de enero de 2003.

Responsabilidad Ampliada del Productor

 

La responsabilidad ampliada del productor es un medio para estimular la prevención, el ecodiseño y la reciclabilidad de los productos, y para ello comprende una serie de obligaciones, que se asumen a través de sistemas individuales o colectivos de responsabilidad ampliada (SRAP). Estas obligaciones son, fundamentalmente, relativas a la prevención, puesta en el mercado y a la recogida de residuos (con una cantidad mínima exigida). La responsabilidad ampliada del productor se aplica actualmente a diversos flujos presentes en los residuos tales como envases, RAEEs, pilas y acumuladores, aceite, neumáticos, etc.

Una sociedad consumista como la nuestra lleva aparejada un peligroso incremento de residuos. Cuanto más se consume, más basura se genera. Y esos residuos se han convertido en un problema medioambiental de primer orden, por eso su gestión eficiente es fundamental. Hay muchas soluciones para resolver este problema, y la lucha contra las importaciones y las exportaciones fraudulentas de productos sometidos a responsabilidad ampliada del productor es una de ellas.

Mejorar la responsabilidad ampliada del productor

La Responsabilidad Ampliada del Productor (RAP) fue el mecanismo, surgido en los años ’90, que serviría para financiar la gestión adecuada de cierto tipo de residuos. Los objetivos de reciclaje han sido siempre los principales motores de las políticas de RAP. Sin embargo, tras más de veinte años de implementación, no han proporcionado incentivos suficientes para que los productores aumenten la reutilización y reciclabilidad de sus productos. En este sentido, la RAP tiene verdadero éxito cuando estimula el diseño de productos más ecológicos; pero esto solo puede ocurrir cuando una empresa tiene responsabilidad financiera individual y paga la gestión de sus propios productos al final de su vida útil.

Hay estudios que sugieren que el desarrollo de esquemas colectivos –que colectivizan las responsabilidades individuales de diferentes productores– ha tenido el efecto de “promediar” las tasas de los SIG entre los productores, desincentivando así los esfuerzos individuales por el ecodiseño. La mayoría de los Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP) tienen una tasa común para todos sus miembros productores que puede incluir diferencias, normalmente según el uso de materiales y su valor final. Pero hay tres aspectos clave que los SCRAP tendrían que tener en cuenta a la hora de establecer sus tasas de manera individualizada:

a) Bonificación / penalización según el uso de materiales reciclados.
b) Bonificación / penalización según la posterior reciclabilidad y reutilización.
c) Bonificación / penalización según la toxicidad de los residuos.

Además, solo los costes de recogida y tratamiento están cubiertos adecuadamente por los sistemas de RAP. En la mayoría de los casos, la recolección de residuos mezclados queda fuera del ámbito de aplicación de los sistemas de RAP.

Fuente: http://www.agorarsc.org/wp-content/uploads/2015/10/EPR-web-upload.pdf

Decálogo para fomentar el reciclaje

Si se pusieran en práctica las siguientes medidas, aumentarían las tasas de reciclaje de residuos:

  1. Imponer una mayor carga impositiva a las empresas y/o productos que usen fundamentalmente materia virgen, y que depositen sus residuos en los vertederos. Y, al contrario, reducirla a las empresas y/o productos que promuevan la circularidad, usando materias primas recicladas o estén fabricados con materiales desechados.
  2. Facilitar el comercio internacional de materias primas secundarias.
  3. Implantar sistemas de responsabilidad ampliada del productor de aquellos productos que más contaminen el medio ambiente.
  4. Símbolo reciclajeFomentar el diseño que facilite la reciclabilidad al final de la vida útil de los productos. Ejemplos: que usen una única materia prima, incorporen una parte de materia prima reciclada, puedan descomponerse con microorganismos y, en definitiva, faciliten su clasificación y reciclaje una vez convertidos en residuos.
  5. En relación con el anterior, destacar la importancia del análisis de ciclo de vida (ACV) de los productos. Este debería incluir información sobre la transmisión de sustancias químicas en los artículos reciclados y sobre el posible impacto de cada materia prima reciclable o reciclada.
  6. Aplicar descuentos a los consumidores que entreguen los artículos desechados en las tiendas donde los adquirieron.
  7. Asegurar el cumplimiento de la normativa sobre residuos mediante penalizaciones fiscales e impidiendo que las empresas sancionadas puedan obtener financiación pública.
  8. Aumentar los recursos humanos que deben monitorizar el cumplimiento de la normativa.
  9. Exigir a estados y empresas que usen materiales sostenibles que puedan ser utilizados de nuevo.
  10. Imponer cuotas mínimas de mercado para productos que contengan un porcentaje de materia prima reciclada.
Fuente: https://pinkermoda.com/recomendaciones-life-ecotex-a-comision-europea/

Cómo evitar que los RAEE se traten como chatarra

La práctica de recoger o comprar residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) y manipularlos junto con la chatarra metálica es, lamentablemente, muy común en todo el mundo. No es lo deseable porque esta práctica da lugar a problemas ambientales, de salud y de seguridad, ya que los RAEE pueden incluir sustancias peligrosas que deben extraerse y tratarse adecuadamente.

Además, el cumplimiento del objetivo mínimo de recogida de RAEE ha demostrado ser extremadamente difícil para la mayoría de los estados de la Unión Europea debido a la existencia de estos flujos de RAEE no oficiales.

¿Por qué sucede esto?

Principalmente porque los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada de los productores (SCRAP) carecen de las competencias y la autoridad para acceder a los datos de las instalaciones. Por lo tanto, no hay casi información fiable sobre las toneladas de RAEE afectadas por estas prácticas. Ni siquiera hay una metodología apropiada y armonizada para reunir datos sobre la cantidad de RAEE que desaparece en el flujo de chatarra metálica.

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¿Cómo solucionar esto?

➢ Prohibiendo la práctica de comprar y tratar chatarra metálica que contenga RAEE, a no ser que sean tratados y procesados en instalaciones autorizadas.
➢ Inspeccionando y sancionando a las instalaciones que tratan RAEE y solo están autorizadas para tratar chatarra metálica.
➢ Estableciendo procedimientos fiables de recogida de datos para estimar los RAEE contenidos en la chatarra.
➢ Asegurando que los RAEE que siguen estas rutas puedan ser vigilados adecuadamente obligando al sector de la chatarra que informe sobre sus procesos y volúmenes.

Fuente: https://weee-forum.org/wp-content/uploads/2020/10/WEEE-in-Metal-Scrap_Issue-paper_Draft_v7_Final.pdf