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Minería urbana

Jane Jacobs proclamó en Muerte y vida de las grandes ciudades (1961) que “las ciudades son las minas del futuro”. La madrina de los urbanistas predijo en cierta forma el auge de la minería urbana al darle una definición antes de que el mismo término existiera. En la actualidad haría referencia al reciclaje de minerales (como hierro, cobre, oro, plata…) extraídos de los residuos de la ciudad, ya sean edificios, infraestructuras, máquinas o aparatos.
Minería urbana
Vertederos y ciudades contienen metal desechado de todo tipo (vigas, tuberías, cables, vías de tranvías, restos industriales) que queda enterrado como si de una mina se tratara. A pesar de que aún no se haya perfeccionado la forma de separar pequeños trozos de metal de los materiales en los que están incrustados, la extracción desde estas minas urbanas tiene más ventajas que extraer los minerales directamente de la tierra. Además, el esfuerzo se ve recompensado gracias a que permiten un reciclaje continuo sin pérdida de calidad.

La idea de la minería urbana también puede ampliarse hasta el reciclaje y la reutilización sistemática de toda clase de residuos generados por los seres humanos, de manera que apenas hiciera falta recurrir a la naturaleza para producir nuevos bienes.

Aunque la visión de Jane Jacobs está aún muy lejos de convertirse en realidad, la incesante generación de residuos ha evidenciado la necesidad de ponerla en práctica y conseguir que los recursos entren en un círculo infinito (llámese núcleo urbano) del que nunca salgan (y no lleguen a llamarse residuos).

Decálogo para recuperar elementos clave de los RAEE

Las lámparas fluorescentes, las placas de circuito impreso, los imanes de neodimio y las baterías contienen materias primas críticas. Para recuperarlas, el proyecto europeo CEWASTE recomienda que:

  1. Se obligue a esa recuperación por ley.
  2. Se incentiven los mercados complementarios para estimular el uso de materias primas secundarias en nuevos productos.
  3. Se apliquen incentivos financieros o fiscales para estimular la viabilidad económica de la recuperación de las materias primas fundamentales y el uso de materias primas secundarias.
  4. Se promuevan plataformas en las que se una la oferta y la demanda de componentes, materiales y materias primas fundamentales.
  5. Se aumente la concienciación sobre la importancia del reciclaje.
  6. Los sistemas de responsabilidad ampliada del productor consoliden fracciones de productos ricos en materias primas críticas en cantidades adecuadas (agrupamiento), para que interese su reciclaje.
  7. Los agentes de la cadena de valor accedan a la información sobre los componentes que sean ricos en materias primas fundamentales, facilitando así el control de su reciclaje.
  8. Las autoridades competentes supervisen mejor la aplicación de:
    - las normas relativas al envío fuera de la Unión Europea de fracciones ricas en materias primas fundamentales
    - las normas técnicas a lo largo de la cadena de valor
  9. Las exigencias normativas de CEWASTE se integren en el estándar EN 50625 (Requisitos para la recogida, logística y tratamiento de RAEE), que a su vez tiene que ser jurídicamente vinculante.
  10. El sector consiga inversiones más específicas en investigación y desarrollo de nuevas tecnologías.
Fuente: https://cewaste.eu/wp-content/uploads/2021/04/CEWASTE-Final-Public-Raport.pdf

RAEE: la mayor amenaza para nuestro planeta

Los residuos electrónicos deberían considerarse como la mayor amenaza actual para nuestro planeta, según la Global Recycling Foundation.

Las Naciones Unidas ya han advertido de que los actuales 53 millones de toneladas de residuos electrónicos que se generan al año se duplicarán con creces de aquí a 2050, convirtiéndose en el flujo de residuos de más rápido crecimiento en el mundo. De esa cantidad solo reciclamos unos 10 millones de toneladas al año y los metales preciosos que los integran, valorados en más de 55.000 millones de dólares, no se recuperan.

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El presidente fundador de la Global Recycling Foundation, Ranjit Baxi, ha dicho: “Puede que ya sea demasiado tarde para frenar la marea de millones de teléfonos inteligentes desechados y otros residuos electrónicos, desde frigoríficos y televisores hasta microondas y monitores de PC”.

“No se trata solo de los artículos en sí, sino de los metales preciosos irreemplazables y los componentes peligrosos, como las baterías de iones de litio, el cadmio, el plomo y el mercurio, los productos químicos ignífugos y el ácido corrosivo que se utilizan en su fabricación. Son muchos residuos tóxicos que, si no se reciclan profesionalmente, acaban en vertederos”, advierte.

Por su parte, el presidente del Bureau of International Recycling afirma: “Tenemos que promover el reciclaje de los crecientes residuos electrónicos para generar un valioso séptimo recurso* que sea materia prima para la industria, al tiempo que ayudamos a cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y actuamos contra el cambio climático”.

*El séptimo recurso sería el reciclaje, y los otros seis recursos naturales serían agua, aire, petróleo, gas natural, carbón y minerales.

Fuente: https://www.globalrecyclingday.com/wp-content/uploads/2021/02/Electronic-Waste.pdf

Principios en la cadena de valor de las baterías

Ante el aumento masivo del uso de baterías recargables, Amnistía Internacional pide lo siguiente a los fabricantes de los aparatos eléctricos y electrónicos que funcionan con baterías:

  • Que los diseñen con la perspectiva del reciclaje porque así permitirían que puedan seguir utilizándose incluso después de que la batería original empiece a perder capacidad. Tiene que ser sencillo extraer una batería para su reciclaje o su reutilización para almacenamiento en instalaciones fijas. Las baterías no deben acabar en vertederos.
  • Establecer estándares e incentivos (fiscales) de eficiencia energética para productos que ahorren energía durante la fase de uso y que, por tanto, utilicen baterías más pequeñas que se fabriquen con menos recursos naturales.

Baterías

  • La duración de las baterías de ion-litio debe aumentarse para que sea de 5 años como mínimo, y los dispositivos deben concebirse de manera que la sustitución de la batería sea segura y rentable.
  • Los fabricantes deben diseñar dispositivos de los que se puedan retirar las baterías con herramientas normales sin dañar el producto y proporcionar instrucciones para su retirada segura.
  • En la fabricación debe evitarse o minimizarse el uso de materiales peligrosos.

En definitiva se trata de aumentar la durabilidad, reparabilidad y reutilización de los productos que funcionan con batería. Porque las deficiencias de diseño, operación y gestión de residuos de las baterías son la causa de una creciente contaminación y daños para la salud.

Fuente: https://www.amnesty.org/download/Documents/ACT3035442021SPANISH.PDF

Consumo sostenible

La gestión de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se compone de una diversidad de enfoques, acciones, actores (productores, consumidores, recicladores y administraciones) y temas. La prevención, antes que el reciclaje o la reutilización, es la opción prioritaria para preservar el medioambiente. Desde el punto de vista de la producción, significa incluir la menor cantidad de elementos tóxicos en los equipos y facilitar su desensamblaje al final de su vida útil. Desde la perspectiva del consumidor, implica no solo deshacerse adecuadamente de los productos cuando ya no sirven, sino incluso evitar la compra de esos productos. En los aparatos eléctricos y electrónicos, los nuevos diseños van captando el interés de los consumidores y promueven un consumo continuo contra el que hay que rebelarse. El consumo responsable consiste, además, en elegir productos pensando en su impacto ambiental y social, teniendo en consideración hasta los procesos de producción, transporte y distribución. También optar por la reparación del producto una vez adquirido apunta a un consumo más responsable.

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Ese consumo responsable favorece además la economía circular, cuyo principal objetivo es mantener el valor de los productos, materiales y recursos en la economía el mayor tiempo posible. En este modelo, el papel del consumidor es crucial: es quien decide cuándo un producto se transforma en residuo. Además, debe depositarlo en el lugar adecuado que permita su correcto tratamiento: para recuperar materiales y para proteger el medio ambiente y la salud de quienes lo tratan.

¿Cuántos tetrabrik se reciclan en España?

Existen varias cifras sobre los tetrabrik o cartones de bebidas que se reciclan en España. Hay datos que ofrecen un porcentaje de “reciclado bruto” mientras que otros ofrecen porcentajes de “reciclado neto”, es decir, la cantidad de material que realmente pasa a ser valorizado.

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En España, Ecoembes es el único sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) de envases ligeros, incluidos los tetrabriks. Ecoembes calcula su tasa de reciclaje dividiendo las toneladas recogidas en los contenedores amarillo y azul entre las toneladas de envases domésticos que ponen en el mercado las empresas adheridas al sistema. Es decir, que en este caso serían cifras en bruto y en 2008 esa tasa era oficialmente del 44% para los briks.

Según parece, hay bastantes kilos de tetrabrik que se clasifican pero no se llegan a valorizar, sino que por el contrario pueden acabar incinerados (hasta el 30%). La tasa de pérdida aplicada en Alemania por materiales extraños (5%), y por la humedad y la suciedad (10%) se puede aplicar también a España.

El plástico y aluminio del tetrabrik no se reciclan actualmente en España, por lo que podría aplicarse una tasa de pérdida del 19% durante el proceso de despulpado, en el que los envases a base de papel se empapan hasta cuatro minutos. Ese  tiempo es suficiente para separar pegatinas de las cajas de cartón, pero no es suficiente para que se separen las diversas capas laminadas en los tetrabriks, lo que provoca una mayor pérdida de la pulpa.

La estimación de la tasa de reciclado de cartones de bebidas lograda en España es del 21,4%. Sin embargo, si se considera la eficiencia de los recursos, la tasa desciende al 17,3% al tenerse en cuenta las pérdidas en ese proceso de despulpado. En el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se estima que debería de incrementarse en un 300% la cantidad de tetrabriks recogidos separadamente.

Fuente: https://zerowasteeurope.eu/wp-content/uploads/2020/12/zero_waste_europe_report_-beverage-carton_en.pdf

¿Qué envase de comida preparada contamina más?

Por primera vez se ha realizado un estudio para averiguar el impacto medioambiental de los recipientes para comida preparada. Dada su corta vida útil y reciclaje limitado, estos recipientes representan una fuente de contaminación importante. Para la investigación se ha analizado todo el ciclo de vida* de los tres tipos más utilizados, que están hechos de aluminio, plástico (polipropileno en una versión más fina y otra más gruesa tipo táper) y poliespán (poliestireno expandido). Además, se han tenido en cuenta estos 12 impactos medioambientales:

1. Agotamiento abiótico de los elementos
2. Agotamiento abiótico de los recursos fósiles
3. Agotamiento de la capa de ozono
4. Creación de oxidantes fotoquímicos
5. Acidificación
6. Eutrofización
7. Calentamiento global
8. Toxicidad humana
9. Ecotoxicidad terrestre
10. Ecotoxicidad acuática marina
11. Ecotoxicidad de agua dulce
12. Demanda de energía primaria

En las conclusiones obtenidas, los contenedores de poliespán son los que menos impacto tienen en las 12 categorías, y en concreto son los que menos recursos (materiales y energéticos) demandan para su fabricación. Por contra, los del polipropileno más finos suponen una de las peores opciones, seguido del aluminio. Para que el polipropileno sea medioambientalmente más ventajoso tiene que reutilizarse según el siguiente cuadro:

Aluminio (A) usado 1 vez Poliespán (B) usado 1 vez
PP fino (C) Usado más de 2 veces Usado más de 8 veces
PP grueso (táper) (D) Usado más de 8 veces Usado más de 41 veces

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Por último, en el estudio queda patente que si se reciclaran más, el impacto de todos los recipientes también sería menor.

* Materias primas, embalaje, producción, transporte, uso y gestión al final de su vida útil (residuo).

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0959652618336230#appsec1

El valor de los aparatos eléctricos y electrónicos

El precio medio de venta de un teléfono inteligente nuevo se situaba en 2016 en torno a los 200€ en todo el mundo, y el de uno usado en unos 118€. Sin embargo, según las estimaciones de la Universidad de las Naciones Unidas, el valor intrínseco de los metales preciosos y los plásticos que contiene un teléfono móvil es de 2€ por unidad. Así pues, el valor de las materias primas es bajo comparado con el precio de un equipo de segunda mano o uno nuevo. Entonces, si todos los teléfonos tuvieran una vida media más larga y pudieran llegar al mercado de segundo mano, su valor sería mayor.

Valor AEE

Es necesario superar el modelo económico ineficiente de “recursos-productos-residuos” y adoptar el sistema de economía circular que intenta mantener el valor de los productos durante el máximo tiempo posible. A tal efecto, debería promoverse la reutilización, la reparación, la redistribución, la readaptación y la refabricación antes de reciclar los materiales. Además, se necesita un sistema de gestión eficiente que impida que los residuos electrónicos entren en otros canales tales como los contenedores de la fracción resto o el reciclado informal. Estas soluciones deben ir acompañadas, además, de un diseño optimizado de los aparatos eléctricos y electrónicos que permita el desmontaje y la reutilización de los componentes, para que no resulte más caro repararlo que comprar uno nuevo. Ese ecodiseño también debe tener en cuenta el futuro reciclaje:

  • Facilitando la recuperación de los materiales valiosos y preciosos
  • Evitando emplear compuestos peligrosos o tóxicos
Fuente: https://www.itu.int/en/ITU-D/Climate-Change/Documents/GEM%202017/GEM%202017-S.pdf

Ecodiseño

El ecodiseño consiste en la incorporación de criterios ambientales en el proceso de diseño de un producto, de manera complementaria al resto de criterios considerados habitualmente como costes, ergonomía, especificaciones técnicas, usabilidad… Se calcula que hasta el 80% del impacto ambiental de los productos se determina en la fase de diseño.

El ecodiseño es incluso obligatorio, según la normativa europea, para algunas categorías de producto como son los aparatos eléctricos y electrónicos. Se pretende así mitigar la amenaza que suponen para el medio ambiente.
La incorporación de criterios ambientales ya desde la fase de diseño de cualquier producto, servicio o modelo de negocio permite alcanzar cotas mayores de mejora ambiental y de circularidad, a la vez que aporta un valor adicional para el consumidor. El 72% de los ciudadanos de la Unión Europea están dispuestos a pagar más por ecoproductos y ecoservicios.

Algunas estrategias de ecodiseño habituales a nivel de producto son:
• Desmaterialización o reducir la cantidad de material necesario para fabricar un producto
• Emplear materias primas renovables, reciclables o recicladas
• Eficiencia o máximo rendimiento con un mínimo consumo
• Modularidad o diseño por componentes intercambiables
• Reparabilidad, que incluye la facilidad de desmontaje
• Durabilidad

El ecodiseño es clave dentro de la economía circular, que busca no perder el valor del recurso/producto en la etapa postconsumo: manteniéndolo, reparándolo, reutilizándolo, remanufacturándolo o reciclándolo, para evitar que sea desechado.

Slowwalk

Ejemplo de ecodiseño de Slowwalk Footwear®

La economía circular en Europa

En diciembre de 2014, la Comisión Europea decidió retirar una propuesta legislativa sobre residuos de la anterior Comisión presidida por Juncker. Se comprometió entonces a hacer uso de sus nuevos métodos de trabajo horizontales para presentar a finales de 2015 un nuevo paquete referido a todo el ciclo económico, no solo a objetivos de reducción de residuos.

La propuesta aprobada ahora incluye unos objetivos de reciclaje de residuos municipales del 65% en la UE para 2030, y un límite máximo al vertido de estos residuos del 10% para el mismo año. La anterior propuesta –que fue retirada con la excusa de elaborar un nuevo paquete más ambicioso– recogía un objetivo de reciclaje del 70% y un límite de envío al vertedero del 5%.

La inclusión de algunas buenas iniciativas no compensan el hecho de que el núcleo jurídicamente vinculante del paquete, en particular los objetivos sobre residuos, es más débil que en la propuesta del año pasado.

Stéphane Arditi, director de política de productos y residuos en la Oficina Europea de Medio Ambiente

Economía circular

Las propuestas abarcan la totalidad del ciclo de vida: de la producción y el consumo a la gestión de residuos y el mercado de materias primas secundarias. Esta transición contará con el respaldo financiero de los Fondos EIE, de 650 millones de euros procedentes de Horizonte 2020 (el programa de financiación de la investigación e innovación de la UE), de 5.500 millones de euros procedentes de los Fondos Estructurales para la gestión de residuos y de inversiones en la economía circular a nivel nacional.

Una economía circular es un modelo económico donde los recursos y materiales son continuamente reutilizados y reciclados para reducir los residuos y la presión sobre los recursos naturales del planeta. Recientes estudios estiman que una economía circular podría crear dos millones de nuevos puestos de trabajo, ahorrar costes por valor de 600.000 millones de euros a la industria europea y reducir de emisiones de gases de efecto invernadero entre un 2% y un 4% cada año.