La Agencia Europea de Medio Ambiente advierte en un reciente informe de la pérdida de recursos derivada de una gestión ineficiente de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (incluidas las baterías). Es fundamental reutilizar y reciclar esos residuos manteniendo alto su valor una vez tratados y reduciendo la obtención de materias primas.
La cantidad de RAEE generados en Europa supera los 10 millones de toneladas por año, de las cuales se recogen de forma separada para su reciclaje en torno al 40%. Aunque los metales básicos que incluyen, como los ferrosos, aluminio y cobre, se reciclan bastante, otras muchas materias primas críticas y tierras raras no se recuperan de manera efectiva debido a que:
- están presentes en cantidades muy bajas
- los bajos precios del mercado no cubren los costes del reciclaje
- la falta de tecnologías de reciclaje adecuadas a escala comercial
- límites metalúrgicos de los procesos de recuperación en términos de ductilidad, maleabilidad, propiedades físicas, apariencia de la superficie, etc.
El problema se agrava porque muchos productos eléctricos y electrónicos no están diseñados para reciclarse fácilmente. Por ejemplo, la miniaturización y los componentes integrados dificultan el desmontaje y la recuperación.
[Best_Wordpress_Gallery id=»19″]
En el caso de las baterías, el reciclaje de las de plomo-ácido está consolidado debido a que el proceso es simple, rentable y se recogen prácticamente todas de forma separada. Pero en las baterías de iones de litio la cosa se complica porque emplean más variedad de materiales que dificultan su reciclaje, y su recogida depende del destino del aparato en el que estén introducidas. Esto supone un gran desafío a superar porque se espera que cada vez se fabriquen más baterías de este tipo en un mundo electrificado y sin cables.
Fuente: https://www.eea.europa.eu/themes/waste/waste-management/reducing-loss-of-resources-from