El camino hacia un nuevo producto es muy fácil, y el camino hacia una reparación satisfactoria es muy difícil
Martine Postma, fundadora y directora de la Fundación Internacional Repair Café
El octubre pasado la Unión Europea adoptó un paquete de medidas de ecodiseño que mejorará cinco tipos de productos habituales en todos los hogares: aparatos de iluminación, refrigeradores, pantallas de televisión, lavavajillas y lavadoras.
A partir de marzo de 2021, los fabricantes que vendan estos aparatos deberán asegurarse de:
– que las piezas de repuesto estén disponibles durante varios años después del lanzamiento de su producto.
– que sus artículos se puedan desmontar fácilmente (por ejemplo, usando tornillos y no pegamento).
– dar acceso a información técnica a los profesionales de reparación.
Aunque la medida es ambiciosa, estas reglas no se aplicarían a equipos electrónicos como ordenadores portátiles, tabletas y teléfonos móviles. El siguiente gran paso estaría dirigido a su reparabilidad, empezando por las baterías que los hacen funcionar y la posibilidad de su fácil reemplazo.
Otra barrera importante para la reparación es la falta de habilidades del público en general, en lugar de la irreparabilidad real de los productos. No saber diagnosticar y arreglar fallos conlleva a que nos deshagamos de aquello que está estropeado.
Si se popularizara la reparación:
– la solución de averías sería más barata y rápida.
– habría más talleres tecnológicos disponibles para que los usuarios aprovecharan mejor los productos. Ejemplo: móviles que se desechan porque el almacenamiento se ha agotado.
– se reducirían los residuos al no reemplazar tan rápidamente los productos.
– se fabricarían productos con menos fallos.