9 formas de reducir nuestros residuos

Si nos paramos a pensar en nuestros hábitos de consumo, nos daremos cuenta de que la mayor parte de los residuos que generamos son envases y embalajes de alimentos u otros objetos. Por material, el residuo más abundante es el plástico. Por eso es importante que hagamos de ellos el objetivo principal de nuestras prácticas de reducción. En general podríamos seguir estos consejos para generar menos residuos:

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  1. Cuantos menos envases o embalajes, mejor (por ejemplo, a granel).
  2. Cuanto más grande es el formato, mejor (por tanto, evitar formatos monodosis).
  3. Teniendo en cuenta la reutilización y reciclabilidad, el mejor envase sería el de vidrio, luego las latas metálicas, cartón, plástico, y por último el tetrabrik.
  4. Cuanto más dure un producto, aunque cambie de manos, más retrasamos la generación del residuo.
  5. Tratar de evitar todo lo que sea de un solo uso, como por ejemplo el papel y plástico desechable (servilletas de papel, papel de cocina, vajilla y cubiertos de plástico…), que además no se puede reciclar.
  6. Mejor si el producto es rellenable (rotuladores) o recargable (baterías).
  7. Utilizar fiambreras u otro recipientes en lugar del papel de aluminio o film transparente.
  8. Los jabones concentrados son una opción eficiente desde el punto de vista del envase que los contiene y de su transporte (más cantidad en menos peso).
  9. Imprimir lo indispensable, y a ser posible, en papel reutilizado o 100% reciclado y libre de cloro.

La conclusión es que para generar los menos residuos posibles solo habría que comprar lo que seamos capaces de hacer «desaparecer por completo». Por ejemplo, si compramos una barra de pan y nos la comemos toda, no habríamos producido ningún residuo.

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