En España, a partir de este año los productores están obligados a reutilizar el 2% de los grandes aparatos eléctricos y electrónicos, convirtiéndose en el primer país de la Unión Europea en introducir objetivos de reutilización en sus leyes (en concreto en el Real Decreto 110/2015). Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) deberían imitar el modelo circular ya establecido para los vehículos fuera de uso (VFU). Es decir, tendría que existir un amplio mercado de segunda mano que permitiera alargar su vida útil en vez de convertirse en residuos. Sin embargo esto no parece sencillo al darse importantes diferencias entre ambos:
– La primera es la más evidente: vale mucho más un coche que cualquier aparato, también en una segunda vida.
– Relacionado con lo anterior, los grandes aparatos profesionales (maquinaria industrial) tendrían más posibilidades de optar a una segunda vida.
– La frecuencia de reemplazo es mayor en los aparatos que en los coches.
– Uno de los problemas de la reutilización de aparatos es la recogida separada. En los vehículos sobrepasa el 70% porque se fomenta su traslado al desguace (planta de tratamiento).
– La mala calidad de los productos es otro factor que dificulta la reparación e implica precios bajos en los productos nuevos.
De lo que se trataría, en definitiva, es de conseguir que puedan comprarse aparatos ya utilizados (o sus componentes) tan fácilmente como se va a un desguace.