Los actuales modos de producción y consumo deben encarar una transición rápida y justa, evolucionando desde una economía lineal (tomar-fabricar-consumir-eliminar) hacia una economía circular basada en procesos de ciclos cerrados que sean ecoeficientes y sostenibles para garantizar la suficiencia de un consumo racional. La circularidad o sostenibilidad medioambiental va más allá del uso eficiente de los recursos y del súper-reciclado, porque exige un cambio sistémico del modelo económico que sea tenga en cuenta que los recursos naturales son limitados. Además, no todo puede reciclarse porque existen límites termodinámicos y económicos. Los procesos económicos se producen en un sistema de bucle en espiral de degradación permanente que conlleva una determinada disipación de los materiales a través de su uso. De modo que, más que una economía circular sustentada en un reciclado completo, habría que plantear una «economía espiral» que promueva cerrar muchas veces, no solo una vez, los ciclos de los materiales. Esta economía explicaría la importancia del alargamiento de vida de todos los productos como consecuencia de la irreciclabilidad.
Hay que conseguir la necesaria desmaterialización, desenergización y descarbonización de la economía. La economía circular no solo es una solución ambiental alternativa al insostenible modelo lineal, sino una opción socioeconómica ecoeficiente y generadora de empleo. Las soluciones definitivas pasan por controlar las formas de consumo material y los estilos de vida de las sociedades que aspiran a vivir bien dentro de los límites ambientales.
Fuente: https://www.ecobook.com/libros/economia-circular-espiral-transicion-hacia-un-metabolismo-economico-cerrado/9788494817847/