Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) contienen diferentes metales preciosos y materias críticas. Se estima que el oro de los teléfonos móviles inteligentes está 100 veces más concentrado que en la extracción primaria del mineral.
Esto implica que es necesario avanzar hacia el aprovechamiento de los metales secundarios a partir de la recuperación y el reciclaje como parte de lo que ha venido en llamarse “minería urbana”. Sobre todo teniendo en cuenta que la extracción secundaria de cobre u oro de RAEE resulta hasta 13 veces más barata que su extracción de minas convencionales.
El avance significativo de la minería urbana frente a la extracción primaria se ve limitado en la actualidad por múltiples factores, incluyendo los costes de recuperación y procesado de los metales frente al coste de las mismas materias primas en los mercados de metales primarios.
Hoy por hoy, el coste de la recolección, despiece, selección, separación y fundición en la producción de metales secundarios debe sufragarse con el valor de la comercialización de los materiales resultantes. Aunque el reciclaje de metales es un sector rentable, la recuperación de determinados metales presentes en concentraciones más reducidas no siempre lo es, y supone desperdiciar metales valiosos a pesar de los impactos ambientales que implica su extracción primaria y el carácter “crítico” que se les atribuye en términos geopolíticos.
La miniaturización y el aumento del número de metales presentes en cada dispositivo obliga a adoptar un nuevo enfoque productocéntrico en la que los procesos se adapten a los distintos productos a reciclar, pero también es necesario que el diseño de los productos facilite el reciclaje.
Fuente: https://www.ecologistasenaccion.org/wp-content/uploads/2022/02/informe-reciclaje-de-metales-alternativa-mineria.pdf