A medida que la demanda de teléfonos inteligentes, vehículos eléctricos y paneles solares sigue aumentando, también lo hace la necesidad de los materiales para fabricarlos. La 8ª edición del Día Internacional de los Residuos Electrónicos, que se celebra mañana, se centra en las Materias Primas Críticas (MPC), elementos esenciales para la transición ecológica y digital. La geopolítica está poniendo de relieve la importancia de estos materiales, que también pueden extraerse de aparatos electrónicos desechados que se acumulan en nuestros hogares.
En Europa, el nuevo Reglamento sobre Materias Primas Críticas establece objetivos ambiciosos para 2030: el 10% del consumo anual debe ser de origen nacional, el 40% tratado en la Unión Europea y el 25% debe proceder del reciclaje. Este último objetivo no se puede lograr sin una mayor recogida de residuos electrónicos y el desarrollo de tecnologías especializadas. Aunque ya existen procesos eficientes para materiales como el cobre o alumninio, se están creando nuevas tecnologías para reciclar de manera más eficaz las MPC, que se encuentran en cantidades mínimas en estos residuos. Las personas consumidoras pueden contribuir a la recuperación de MPC de residuos de aparatos al desechar estos productos a través de los canales de recogida oficiales, como tiendas donde los venden o puntos limpios de los ayuntamientos.
Un estudio de la Organización Neerlandesa para la Investigación Científica Aplicada muestra que la extracción de MPC de residuos de aparatos podría cubrir hasta el 31% de la demanda actual de la Unión Europea. Sin embargo, la legislación de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos está centrada en el peso y no incentiva la recuperación de estos materiales al priorizar el volumen sobre el valor.