En Suecia, la basura es un recurso que se transforma en energía. El 96% de los desperdicios se recicla o se deriva a las plantas de incineración. Suecia tiene varias plantas donde quema la basura para convertirla en calor para sus hogares. Los suecos reciclan casi la mitad de sus residuos y utilizan el 52% para producir calor, lo que deja menos de 1% de basura en el vertedero. Ese 52% es insuficiente para las 32 plantas que tienen produciendo energía, y que están gestionadas por la empresa pública Renova.
De acuerdo con Avfall Sverige, la institución sueca encargada de gestionar los residuos, el éxito del sistema de reciclaje ciudadano está presentando una desventaja: escasea la basura para producir aun más energía. Por eso, la solución ha sido importarla desde Noruega mediante un convenio por el que ambos países se benefician. A Noruega le resulta más rentable pagarle a Suecia para que se lleve 800.000 toneladas de residuos que procesarlos en el propio país. Suecia importa no solo de Noruega, sino también del Reino Unido, Irlanda e Italia.
Suecia se anticipó a otros países en la transformación de basura en energía, pues inició en la década del 70 la expansión de las plantas de incineración. Una década más tarde fueron pioneros también en la reducción de emisiones, producto de esta incineración. Actualmente, han logrado reducir entre el 90% y 99% de las emisiones, mediante técnicas especiales que benefician el medio ambiente. En muchos otros países las infraestructuras para el calor y la electricidad se basan en gas u otros combustibles fósiles, por lo que resulta caro construir plantas que funcionen con basura. Tres toneladas de basura contienen tanta energía como una tonelada de gasolina.
Las campañas que décadas atrás inició el gobierno dieron buenos resultados, y hoy hogares y vecindarios mantienen la cultura de separar sus desperdicios como un hábito, o más aun, como un acto reflejo. En las casas separan orgánicos, metales, pilas, vidrios de color, vidrios transparentes, plástico duro, plástico blando, cartón y Tetra Pak, papeles, periódicos y revistas. En cuanto al reciclaje de desperdicios electrónicos y eléctricos, Suecia también es líder. Cada ciudadano sueco recicla 16 kilos de este material al año; desde neveras, televisores, cámaras, oredenadores, etc. El destino de ese material es la manufactura de nuevos productos. Este sistema se llama Elretur y se realiza en colaboración con los municipios, quienes han dispuesto cerca de 1.000 puntos de recogida en todo el país. Las plantas de reciclaje en Suecia están por norma a menos de 300 metros de cualquier área residencial. Aquello que no puede ser reutilizado o reciclado normalmente acaba en las plantas WTE (waste-to-energy).