- Cerrar todas las centrales eléctricas de carbón.
- Generalizar el uso de vehículos eficientes. Establecer regulaciones que favorezcan los vehículos que consumen 2 litros cada 100 km y prohibir los que son grandes emisores de gases de efecto invernadero.
- Completar la revolución del transporte urbano con el desarrollo de soluciones de transporte público, en sinergia con la bicicleta: fomentar el uso compartido del automóvil, redes de autobuses expresos en áreas semiurbanas. Todo para conseguir reducir a la mitad el uso de vehículos privados en las ciudades.
- Enlazar las principales ciudades con servicios ferroviarios de alta velocidad. Dar prioridad a los trenes para transportar pasajeros en distancias medias.
- Reinventar la industria pesada reduciendo la intensidad del carbón en los procesos productivos y dando prioridad a la economía circular y al ecodiseño. Apoyar especialmente la investigación relacionada con la captura y almacenamiento de CO2.
- Renovación sistemática de edificios no residenciales del sector público (escuelas, hospitales, etc.) con el objetivo de que su consumo de energía sea cercano a cero.
- Reducir a la mitad las emisiones de calefacción residencial con buenos aislamientos y métodos libres de carbono (bombas de calor, madera, energía solar térmica).
- Secuestro de carbono con bosques. Limitar la transformación antropogénica de la tierra, no exportar troncos para aserrar y fomentar el uso de la madera en la construcción, como material y para producción local de calor.
- Agricultura sostenible. Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos. En el sector ganadero, favorecer la calidad sobre la cantidad con etiquetado específico, y adaptar los métodos de remuneración al ganadero.
Fuente: http://decarbonizeurope.org/en/