Por primera vez se ha realizado un estudio para averiguar el impacto medioambiental de los recipientes para comida preparada. Dada su corta vida útil y reciclaje limitado, estos recipientes representan una fuente de contaminación importante. Para la investigación se ha analizado todo el ciclo de vida* de los tres tipos más utilizados, que están hechos de aluminio, plástico (polipropileno en una versión más fina y otra más gruesa tipo táper) y poliespán (poliestireno expandido). Además, se han tenido en cuenta estos 12 impactos medioambientales:
1. Agotamiento abiótico de los elementos
2. Agotamiento abiótico de los recursos fósiles
3. Agotamiento de la capa de ozono
4. Creación de oxidantes fotoquímicos
5. Acidificación
6. Eutrofización
7. Calentamiento global
8. Toxicidad humana
9. Ecotoxicidad terrestre
10. Ecotoxicidad acuática marina
11. Ecotoxicidad de agua dulce
12. Demanda de energía primaria
En las conclusiones obtenidas, los contenedores de poliespán son los que menos impacto tienen en las 12 categorías, y en concreto son los que menos recursos (materiales y energéticos) demandan para su fabricación. Por contra, los del polipropileno más finos suponen una de las peores opciones, seguido del aluminio. Para que el polipropileno sea medioambientalmente más ventajoso tiene que reutilizarse según el siguiente cuadro:
Aluminio (A) usado 1 vez | Poliespán (B) usado 1 vez | |
PP fino (C) | Usado más de 2 veces | Usado más de 8 veces |
PP grueso (táper) (D) | Usado más de 8 veces | Usado más de 41 veces |
Por último, en el estudio queda patente que si se reciclaran más, el impacto de todos los recipientes también sería menor.
* Materias primas, embalaje, producción, transporte, uso y gestión al final de su vida útil (residuo).
Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0959652618336230#appsec1