La ciudadanía está muy lejos de tener un comportamiento de consumo “circular”. La colaboración entre diferentes agentes (públicos y privados) es clave para cambiar el modelo de producción, y también el de consumo. La concienciación de los consumidores pasa por mensajes directos y concretos que motiven un cambio de actitud. Además, se deben comunicar más y de forma más clara los esfuerzos que las empresas llevan a cabo en cuanto a sostenibilidad, para que también lleguen a sus clientes. La forma más efectiva de que los consumidores sean más “circulares” es que se les incentive económicamente. Por ejemplo con:
- Descuentos para que devuelvan el producto al final de su vida útil (envases, aparatos eléctricos…).
- Descuentos por utilizar un producto o servicio de forma eficiente (por ejemplo, envases rellenables en vez de usar y tirar).
Las administraciones públicas deberían potenciar el cambio a modelos más circulares a través de:
- Una hoja de ruta concreta con objetivos marcados, que sean ambiciosos y que potencien la transformación del modelo.
- Un diálogo constante con las empresas para trabajar en la misma línea y evitar que la normativa o la desregulación impidan la implementación de procesos circulares.
- Una mesa de trabajo sobre estrategias circulares con todos los actores (entidades sociales, universidades…) y con la implicación ciudadana.
- Incentivos a las empresas más “circulares” y penalizaciones a las menos sostenibles.
Fuente: https://eco-circular.com/wp-content/uploads/2018/07/EconomiaCircular_CAST.pdf