Estas son las seis maneras a las que más recurre el sector alimentario para mejorar el problema del plástico:
- Reducir el peso del envase. Por ejemplo, reemplazando tapas por film transparente, agujereando el embalaje o agrupando productos en lugar de empaquetarlos individualmente.
- Utilizar más plástico reciclado en el embalaje. Para ser reciclado en un nuevo envase alimenticio de alta calidad, se debe demostrar que el 95% del material fue utilizado anteriormente para alimentos. En la actualidad esto es posible para el plástico PET (que se convierte en rPET), pero no para otros tipos.
- Mejorar la reciclabilidad de los envases (relacionado con el punto anterior). Solo hay que:
A) elegir un tipo común de plástico (como PE, PP o PET)
B) elegir un color común (blanco o transparente)
C) evitar combinaciones de materiales, como ventanas de plástico en envases de cartón. - Utilizar más plástico de base biológica y/o biodegradable, que actualmente representa menos del 1% de todo el que se produce. Los plásticos de origen biológico más utilizados son bio-PET (por ejemplo, para botellas de refrescos) y PLA (utilizados en bandejas de carne y verduras). Por desgracia, este tipo de plástico supone ahora mismo un problema en las plantas de reciclaje y compostaje.
- Pasar de envases no reutilizables a reutilizables. En supermercados para la venta a granel o para ventas online de un mismo producto recurrente.
- Utilizar otros materiales de embalaje. Pero para muchos productos frescos (como carnes, quesos, pescados y verduras) ni siquiera hay alternativas más sostenibles.
Fuente: https://think.ing.com/uploads/reports/ING_-_The_plastic_puzzle_-_December_2019_%28003%29.pdf