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Cómo deshacerse de los aparatos eléctricos y electrónicos

Cualquiera que tenga un aparato eléctrico o electrónico usado o viejo tiene dos opciones: destinarlo a su reutilización o desecharlo separadamente del resto de residuos. La primera opción es la más deseable, incluso en el caso de que los aparatos usados no funcionen correctamente. Ese segundo uso solo será posible si se entrega:

֍ a entidades sociales sin ánimo de lucro que arreglan y/o venden esos aparatos,
֍ a empresas dedicadas al mercado de segunda mano con entrega in situ o con recogida a domicilio, o
֍ a través de otras vías de reutilización y alargamiento de la vida útil de los productos, como por ejemplo de particular a particular.

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En el segundo supuesto, la responsabilidad medioambiental de los usuarios de estos aparatos concluye con la entrega del residuo (RAEE) en las instalaciones o puntos de recogida:
֍ de las Entidades Locales. Es decir, en los puntos limpios de los ayuntamientos, que pueden ser:

– fijos: instalación permanente en un punto concreto del municipio.
– móviles: cuando un camión multirresiduo recorre diferentes zonas del municipio.

֍ de los distribuidores. En muchas tiendas que venden estos aparatos hay contenedores específicos donde depositarlos cuando se convierten en residuos.
֍ de los gestores de residuos. Requiere ir a la instalación del gestor autorizado a entregar el RAEE.
֍ con su entrega en las redes de recogida de los productores de AEE. Los productores de aparatos eléctricos y electrónicos son, a grosso modo, los fabricantes o importadores.

Medidas legislativas para prevenir RAEE

Francia es el país que más lejos ha ido hasta ahora en materia de prevención de RAEE, seguido de España, Austria e Italia.

FRANCIA
• Es el primer país de la Unión Europea que prohíbe destruir nuevos productos no vendidos. Esto incluye textiles, productos electrónicos, productos de higiene diaria, zapatos, libros y electrodomésticos. Los artículos no vendidos deben prepararse o donarse para su reutilización, o reciclarse.
• Introduce una etiqueta con un índice de reparabilidad para equipos eléctricos y electrónicos. Para combatir la obsolescencia prematura, la etiqueta alerta al consumidor si el producto es reparable, difícil de reparar o no reparable.
• Introduce la obligación de informar sobre el período de disponibilidad de los repuestos necesarios para la reparación de un producto y la disponibilidad de software.

ESPAÑA
• Facilita el intercambio de información entre productores y organizaciones de reutilización.
• Establece un objetivo nacional vinculante para la reutilización de grandes electrodomésticos y pequeños equipos informáticos y de telecomunicaciones.

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AUSTRIA
• Introduce una etiqueta específica para productos reutilizados: ReVital certifica la buena calidad de productos de segunda mano. Los electrodomésticos usados, equipos deportivos y de ocio, muebles y otros artículos para el hogar se recogen separadamente, se reparan y se restauran.

ITALIA
• Establece criterios obligatorios de sostenibilidad ambiental que deben tenerse en cuenta en la contratación pública. Los criterios de prevención de residuos son: reducción del uso de sustancias peligrosas y reducción cuantitativa de residuos. En el caso de equipos de oficina eléctricos y electrónicos y consumibles relacionados, o aparatos de telecomunicaciones, significa adquirir productos de larga duración, fácilmente reutilizables que, además, contienen materiales reciclados y no han requerido de ningún o casi ningún material tóxico en todo su ciclo de vida.

Fuente: https://eeb.org/wp-content/uploads/2020/05/No-time-to-waste_Europes-new-waste-prevent_web.pdf

Prevenir los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos

Cuando se habla de prevención en materia de residuos surgen dos conceptos implicados: ecodiseño y ciclo de vida del producto. El ecodiseño consiste en la integración de las consideraciones ambientales durante la fase de diseño y desarrollo del producto, teniendo en cuenta todo su ciclo de vida y a la vez, sin comprometer ninguna de las restantes propiedades del producto: coste, seguridad, calidad, utilidad, etc. Por ciclo de vida de un producto se entiende el conjunto de etapas desde la extracción y procesamiento de sus materias primas, la producción, comercialización, transporte, utilización, hasta la gestión final de sus residuos.

Análisis Ciclo Vida

Fuente: Ihobe

Para evaluar el impacto que un diseño puede producir sobre el medio ambiente existen diferentes métodos y entre ellos el análisis del ciclo de vida (ACV) de un producto, considerado como el método más completo, ya que permite evaluar las cargas ambientales asociadas a un producto o proceso, identificando y cuantificando los recursos materiales y energéticos utilizados y las emisiones al medio ambiente, analizando los impactos producidos y, por último, evaluando posibles mejoras. El ACV es una herramienta esencial para conocer el impacto ambiental de un producto en su ciclo de vida, así como una orientación estratégica hacia qué actuaciones debe emprender la empresa con el fin de reducir el impacto ambiental, sin que por ello se trasladen impactos a otras etapas del ciclo de vida del producto.

Un Plan de Prevención de RAEE es un documento técnico en el que se recoge la política de prevención de RAEE de un productor de aparatos eléctricos y electrónicos. Es un requisito legal de obligado cumplimiento establecido en el RD 110/2015. Este plan debe contener:

• Medidas de prevención que se pondrán en marcha.
• Objetivos de prevención a medio plazo (tres años) y largo plazo.
• Cantidad, en aquellos casos en los que sea posible, de los residuos evitados.
• Propuesta de indicadores de seguimiento.

RAEE: Una mina de oro

Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) suponen un recurso más rico que cualquier depósito natural. Una tonelada de estos residuos puede contener 17 veces más oro que una tonelada extraída de una mina de oro. Además, el reciclaje puede ser de dos a diez veces más eficiente energéticamente que fundir lo que se extrae de las minas: el oro reciclado produce un 80% menos de emisiones de CO₂ que el que es extraído. Y encima de todo, su reciclaje evita que se acumulen en vertederos, donde representan el 70% de lo que se deposita.

La demanda de metales reciclados va en aumento porque reduce la huella ambiental de un producto. Asimismo, si son reciclados están libres de problemas de abastecimiento como los que afectan a los minerales en conflicto. Y si se añade la volatilidad de los precios de las materias primas, el reciclaje se convierte en una fuente de suministro más estable.

La industria de los vehículos eléctricos, consciente de la necesidad de reciclar sus valiosas baterías, está invirtiendo en su reciclaje a gran escala. Ahora mismo es la punta de lanza de otras industrias. Hay que tener en cuenta que, por el momento, la recogida, desmontaje y recuperación suponen una carga económica para los recicladores. Lo más habitual es que los materiales contenidos en los RAEE no puedan extraerse fácilmente y de forma barata. Sin embargo, con un precio del carbón en ascenso y un esperado aumento del rendimiento gracias a la ayuda de tecnologías mejoradas, la balanza se inclinará progresivamente a favor del reciclaje.

Fuente: https://www.lombardodier.com/goldmine

Reciclaje de lámparas y luminarias

Las lámparas (que comúnmente llamamos bombillas) y luminarias (coloquialmente lámparas, farolas…) también son aparatos eléctricos y electrónicos, y su adecuada gestión una vez se convierten en residuos comienza, como siempre, con su poseedor (arquitectos, empresas de servicios energéticos, diseñadores de iluminación, ingenieros, instaladores, usuario final particular), que debe tomar la iniciativa de depositarlos en el lugar adecuado (punto limpio, contenedores específicos en tiendas o gestor autorizado). Excepto las antiguas bombillas de filamentos (o incandescentes) y las halógenas, que no se consideran aparatos eléctricos y electrónicos, el resto están formadas por complejas mezclas de materiales o sustancias contaminantes (como mercurio), que hacen de su reciclaje una tarea costosa.

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Destino de los materiales extraídos de lámparas y luminarias (Fuente: Ambilamp)

Una vez llegan a la planta, estos residuos se envían a una línea de clasificación para extraer, en primer lugar, los componentes peligrosos que siguen un tratamiento específico. Realizada la separación, se inicia el proceso de fragmentación, que divide las fracciones destinadas a la valorización energética, de aquellas otras que son tratadas para obtener nuevas materias primas para otros procesos industriales. Los materiales recuperados en esta fase son principalmente, metales férricos y no férricos, plástico y vidrio, que se reintroducen nuevamente en el mercado.

El proceso de reciclaje y reutilización supone siempre el ahorro de las materias primas y el consumo de energía necesario para transformarlas, lo que se traduce en una importante reducción de la emisión de CO2 a la atmósfera.

Etiquetado de aparatos eléctricos y electrónicos

En la Unión Europea, con objeto de facilitar la eliminación y recogida separada de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), los productores deben marcar con el símbolo inferior los AEE que introduzcan en el mercado. Además, también es habitual que los aparatos eléctricos y electrónicos lleven una etiqueta con las letras “RoHS”. Esta etiqueta no estandarizada señala que ese producto no lleva más cantidad de la permitida en seis sustancias tóxicas concretas (Restriction of Hazardous Substances):

  • Cadmio(Cd) – 100 mg/kg
  • Plomo (Pb) – 1000 mg/kg
  • Mercurio (Hg) - 1000 mg/kg
  • Cromo hexavalente (Cr (VI)) - 1000 mg/kg
  • Bifenil polibromado (PBB) – 1000 mg/kg
  • Difenil éter polibromado (PBDE) - 1000 mg/kg

Estas restricciones se aplican actualmente en la Unión Europea, Noruega, Turquía, Rusia, Kazajistán, Bielorrusia, India, China, Taiwán, Japón, Corea del Sur, y California.

Etiqueta RAEE

Etiqueta de la Unión Europea

En Japón, se exige a fabricantes e importadores exponer la información de los aparatos que contengan alguna de estas seis sustancias peligrosas. La etiqueta es verde si no se exceden las cantidades máximas de sustancias peligrosas, o si por el contrario, requiere gestionarse en la cadena de suministro para su adecuado reciclaje.

Japón RoHS

Etiqueta de Japón

En China, la ley también obliga a etiquetar los aparatos eléctricos y electrónicos. El punto verde solo debe ponerse cuando se cumple con los niveles máximos de sustancias peligrosas. En caso contrario hay que utilizar el naranja, donde los números indican los años de uso respetuoso con el medio ambiente desde la fabricación. Por ejemplo, en el caso de las baterías sería en torno a 5 años y en el caso de monitores o notebooks sería de 10 años.

China RoHS

Etiqueta de China

Registro de aparatos eléctricos y electrónicos

El Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos, dedica su artículo 8 al Registro Integrado Industrial y establece la obligación de que todos los productores de aparatos eléctricos y electrónicos (o su representante autorizado) se inscriban en la sección especial para los productores de aparatos eléctricos y electrónicos del Registro Integrado Industrial (RII-AEE).

El Registro Integrado Industrial (RII) es un registro de carácter informativo y de ámbito estatal, adscrito al Ministerio de Industria, Energía y Turismo, que responde a los requerimientos de la Directiva 2012/19/UE, por la que se obliga al productor de aparatos eléctricos y electrónicos a registrarse en cada uno de los Estados miembros en los que venda.

En la web del RII-AEE se puede realizar o consultar:

  1. La inscripción en el Registro de Productores.
  2. La asignación del número de identificación a los productores o su representante autorizado en el momento de la inscripción.
  3. La declaración de aparatos eléctricos y electrónicos puestos en el mercado.
  4. La asignación de la cuota de mercado para cada productor o sistema colectivo de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP, antes Sistema integrado de gestión o SIG) para el establecimiento de las responsabilidades sobre los residuos.
  5. Información relevante relativa a productores y los aparatos que ponen en el mercado.

Las funciones que desempeña el RII-AEE son:

  1. Actúa como registro de los productores (o sus representantes autorizados), de tal manera que un productor no puede poner sus productos en el mercado español si no está inscrito en el RII-AEE.
  2. Proporciona a los productores su número de identificación, elemento crítico sin el cual no pueden comercializar ningún aparato en España.
  3. Dispone de códigos específicos para cada tipo de aparato puesto en el mercado en cada categoría y subcategoría.
  4. Recibe la información de los AEE puestos en el mercado español por todos los productores, clasificados por categorías, subcategorías (en su caso) y usos (doméstico o profesional).
  5. Puede ejercer funciones de control, mediante la solicitud de auditorías a los productores para verificar que la información reportada sobre AEE puestos en el mercado es correcta.
  6. Al disponer de la información de productores y cantidades reportadas, es el agente del sistema que tiene la función de informar al resto de agentes sobre las cuotas de mercado de cada productor y/o los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor.

¿Cómo se reciclan los RAEE?

Los residuos de aparatos eléctricos o electrónicos (RAEE) son un grupo de residuos que, debido a su diversidad, están fabricados con materiales de tipología y naturaleza muy heterogénea: plásticos, metales, vidrios, maderas, cartón o caucho. Además, los materiales que los componen pueden contener sustancias peligrosas, que si no se procesan separadamente mediante gestores especializados, por una mala manipulación o un destino final erróneo se pueden convertir en muy nocivos o suponer un riesgo grave para el medio ambiente y la salud humana.

GUIA_RESIDUOS_DOMESTICOS_ARAGON-25La preparación para la reutilización debe ser una de las primeras opciones en el manejo de residuos, ya que es material y energéticamente la más eficiente. Consiste en la comprobación, limpieza y/o reparación de aparatos descartados para posibilitar que vuelvan a usarse. Su recuperación dependerá en gran medida de una recogida separada y cuidadosa, de forma que no se dañen en la manipulación. Por ejemplo, los cartuchos de tinta, que también son RAEE, pueden ser reutilizados mediante su rellenado.

Para su reciclaje, los RAEE peligrosos se someten a una descontaminación, retirando sus posibles fluidos (refrigerantes, aceites y otros), y desmontando otros componentes peligrosos y valiosos. Tras su desmontaje y descontaminación, los residuos son tratados mediante procesos mecánicos de trituración o fragmentación, generándose diferentes materiales y fracciones que se destinan a operaciones de reciclaje y valorización y, en su caso, materiales no valorizables que se eliminan en vertedero.

Los procesos de reciclaje de las pilas y acumuladores son diferentes dependiendo de su tipología. Por ejemplo, las pilas de botón se valorizan mediante la destilación del mercurio, mientras que las pilas estándar o las baterías de móvil y de los automóviles se someten a un proceso hidrometalúrgico mediante el cual se separan todos los metales que contienen.

Fuente: https://www.aragon.es/documents/20127/674325/GUIA_RESIDUOS_DOMESTICOS_ARAGON-2019.06.12.15.27.25.pdf/6a0dca4d-6dbc-538a-ea40-c6088c9abe0a

La economía del reciclaje de RAEE

La Asociación Europea de Recicladores de Electrónica (EERA) encargó a la Universidad de las Naciones Unidas un estudio sobre las deficiencias del modelo de negocio del reciclaje de RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos). El análisis quería ofrecer una visión real de los costes operativos del adecuado reciclaje de RAEE, y del extendido “canibalismo” (apropiación de solo aquello que tiene valor económico) que existe en determinados productos, componentes y materiales.

Los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor financian el reciclaje de RAEE mediante licitaciones de servicios a empresas de transporte, almacenamiento y tratamiento de esos residuos (*). La economía o las operaciones de reciclaje dependen de dos elementos independientes:

  • Los costes operativos de cada empresa, que incluyen y dependen del grado de cumplimiento la normativa y los servicios prestados (cuanto más legal, más caro).
  • El valor del material obtenido tras el reciclaje, que está muy influenciado por el nivel de calidad/”canibalización” del material entrante.

unu-eera-brochure-online-v5Estas son las recomendaciones derivadas del estudio:
1. Supervisar los costes operativos entre los recicladores de la Unión Europea.
2. Considerar el establecimiento de unos costes mínimos no negociables con los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP).
3. Controlar el nivel de canibalismo en diferentes países/mercados y definir unos indicadores, basados en los valores promedio de mercado según las fracciones, para poder estimar las pérdidas económicas que ocasiona.
4. Incluir un “índice de canibalismo” en la negociación de contratos, ya que su impacto económico podría ser mayor que el beneficio.
5. Mejorar la manera de informar sobre los datos de recogida y tratamiento.

Fuente: https://doi.org/10.13140/RG.2.2.24945.53608

(*) Ampliar información en http://gestionderesiduosonline.com/como-se-valoran-los-residuos/

El problema del reciclaje de RAEE

Uno de los graves problemas de los aparatos eléctricos y electrónicos es que sus tasas de reciclaje en todo el mundo son bajas. Incluso en la Unión Europea, líder mundial en el reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), solo el 35% de esos residuos es oficialmente reciclado. Globalmente la media baja al 20%, de manera que el 80% restante no estaría documentado y, por ejemplo, podría haber sido enterrado bajo tierra (vertedero).

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Esta ausencia de reciclaje supone una losa para la industria electrónica mundial y a medida que los dispositivos se vuelven más numerosos, más pequeños y más complejos, el problema aumenta. En la actualidad, el reciclaje de algunos tipos de RAEE y la recuperación de materiales y metales es un proceso costoso. Las otras partes de estos residuos, principalmente plásticos mezclados con metales y productos químicos, son un problema todavía más difícil de resolver. Estos residuos son complejos y pueden llegar a contener hasta 60 elementos de la tabla periódica. En algunos casos, contienen sustancias químicas peligrosas, como los retardantes de llama, algunos de los cuales son Contaminantes Orgánicos Persistentes incluidos en el Convenio de Estocolmo.

A todo esto hay que añadir la confusión de los consumidores globales sobre cómo deshacerse de ellos. Lo más habitual es que se trate como un desperdicio doméstico normal, sin depositarlo separadamente. Pero los RAEE (que incluyen baterías, bombillas, teléfonos, ordenadores o cables) deben tratarse por separado. Esta falta de concienciación sobre cómo reciclarlos, y la preocupación sobre los datos almacenados en su interior, sugiere que hay muchos RAEE en cajones, dormitorios, garajes y oficinas de todo el mundo esperando a ser gestionados.

Fuente: http://www3.weforum.org/docs/WEF_A_New_Circular_Vision_for_Electronics.pdf