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¿Qué es el reciclaje químico?

El reciclaje químico generalmente se refiere a tecnologías que descomponen el plástico en combustible o plástico nuevo (repolimerización) con alguna combinación de calor, presión, oxígeno empobrecido, catalizadores y/o disolventes. La pirólisis y la gasificación utilizan calor con oxígeno limitado para descomponer los polímeros sin que haya combustión. Ambas tecnologías pueden funcionar con mezclas de polímeros para producir un aceite similar al diésel y un gas con alto contenido en hidrógeno (H₂) y monóxido de carbono (CO). Las tecnologías basadas en disolventes están aún menos maduras en comparación con la pirólisis y la gasificación. La solvolisis elimina las impurezas del plástico sin descomponer los polímeros, y otras tecnologías disolventes dividen los polímeros en monómeros. Estas últimas tienen una menor huella de carbono porque sus procesos no requieren energía.

Reciclaje químico

Actualmente, el reciclaje químico todavía no está implantado a escala comercial. Las plantas deben superar obstáculos tecnológicos en cada fase del proceso, desde el procesamiento de las materias primas hasta la limpieza y mejora del gas y fuel obtenidos. Por otra parte, cuando se trata de realizar una repolimerización (plástico a plástico) el producto resultante no puede competir con polímeros vírgenes. Sin embargo, el reciclaje químico es útil para los plásticos que no pueden ser reciclados mecánicamente (todo lo que sea films y láminas plásticas), porque de esa forma pueden convertirse en un subproducto (gas, fuel) que se reintroduce en la cadena de valor.

3 ejemplos de economía circular en aparatos

Estos tres ejemplos de economía circular aplicada a aparatos eléctricos y electrónicos (AEE) están incluidos en el II Catálogo de Buenas Prácticas en Economía Circular del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico:

1) Ambiplace: marketplace social de donación de aparatos electrónicos. Ambiplace ha desarrollado una plataforma en la que los productores y distribuidores de aparatos eléctricos y electrónicos donan sus excedentes de stock/devoluciones. A través de este espacio se consigue que las ONG y/o centros educativos puedan recibir estos dispositivos en perfecto estado.

2) Análisis ambiental y técnico del uso de polipropileno reciclado en cocinas de BSH Electrodomésticos, comprobando que su comportamiento dimensional a temperaturas de uso de la cocina de inducción es adecuado, sin producirse deformaciones o contracciones diferentes a las sufridas por un material virgen. Una vez validado su comportamiento, se ha introducido este material en una pieza dedicada al soporte de la placa electrónica y gestión del cableado.

II Catálogo de Buenas Prácticas en Economía Circular

3) Reparación y reutilización de equipos de centrales eólicas de Endesa. La iniciativa promueve un cambio en la gestión del mantenimiento de las plantas eólicas, priorizando la reparación de los equipos pequeños averiados (motores, bombas, cilindros hidráulicos o tarjetas electrónicas) y su posterior reutilización, en lugar de su sustitución por equipos nuevos. De esta forma, se alarga la vida útil de los equipos, se reduce el consumo de materias primas asociado al suministro e instalación de un equipo nuevo, y se reducen los RAEE generados.

Fuente: https://www.miteco.gob.es/es/calidad-y-evaluacion-ambiental/temas/economia-circular/buenas-practicas-economia-circular/

Bolsas de la compra. ¿Cuál es más ecológica?

En términos del calentamiento global que producen y de lo que agotan los recursos naturales no renovables (potencial de agotamiento abiótico, ADP), se descubrió lo siguiente con respecto a las bolsas de la compra:

  • El impacto medioambiental de cualquier tipo de bolsa está determinado por su uso y sus etapas de producción. Su transporte, su envasado y la gestión al final de su vida útil tienen una influencia mínima.
  • El reciclaje o el compostaje generalmente producen solo una pequeña reducción del potencial de calentamiento global y de agotamiento abiótico.
  • Independientemente del tipo de bolsa que se use, la clave para reducir su impacto es reutilizarla tantas veces como sea posible.
  • Cuando la reutilización para compras no sea posible, cualquier otro tipo de uso resulta más beneficioso (por ejemplo como bolsa de basura) que reciclarlas.
  • Las bolsas de mezcla de almidón y poliéster son peores que las bolsas de plástico convencionales, debido tanto al aumento del peso de la bolsa como al mayor impacto en la producción del material.
  • Las bolsas de papel, de polietileno de baja densidad (PEBD), de polipropileno (PP) sin tejer y las de algodón deben ser reutilizadas al menos 3, 4, 11 y 131 veces respectivamente para asegurar que su potencial de calentamiento global sea menor que las bolsas convencionales de polietileno de alta densidad (PEAD) sin reutilizar.

La parte que no se analizó en el estudio es lo altamente perjudicial que es para el medio ambiente el plástico abandonado, ya sea en tierra o en mar. Porque a diferencia del papel o el algodón, el plástico tardaría siglos en descomponerse. Por tanto, las mencionadas ventajas de las bolsas de plástico solo son efectivas si nos responsabilizamos de ellas y evitamos que puedan llegar a contaminar. Teniendo en cuenta este último punto este sería el ranking de bolsas más ecológicas:

*Fuente: https://www.gov.uk/government/publications/life-cycle-assessment-of-supermarket-carrierbags-a-review-of-the-bags-available-in-2006

Cómo aumentar el reciclaje de los envases plásticos

La estadística oficial sobre la gestión de residuos sujetos a la responsabilidad ampliada del productor se basa en los datos de puesta en el mercado de esos productos. De esta forma, queda fuera todo el flujo informal que haya seguido ese residuo, ya sea porque el productor no declara el producto que pone en el mercado o porque el residuo se ha reciclado sin cumplir la normativa.

Por ejemplo, la tasa de reciclaje calculada por Ecoembes es el resultado de la división de las toneladas de residuos de envases domésticos ligeros que se entregan a instalaciones recicladoras homologadas, entre las toneladas de envases domésticos ligeros que las empresas adheridas declaran. Sin embargo, si se tienen en cuenta todos los residuos de envases que se generan, el denominador de esa división sería mucho mayor. Esos son los datos en los que se ha basado un reciente estudio sobre la gestión de residuos de envases de plástico, que indican una tasa de recogida real del 15,3% y una tasa de reciclaje final del 11,3%. Porque, además, asociar la recogida de residuos con su reciclaje final es otra de las razones por la que las cifras se desvirtúan.

Todos los envases De plástico Papel y cartón
(envases tipo brik incluidos)
De metal (latas) De madera (pallets)
Tasa Ecoembes 2020 80,7% 81,2% 78,9% 86,9% 60,9%

En este sentido, el polietileno de alta densidad (HDPE) se recicla en una proporción del 28,5% sin apenas rechazos en la planta de tratamiento. Por el contrario, solo se recicla el 3,3% del plástico film, con un rechazo en planta del 50%.

El estudio pone de manifiesto que no se alcanzarán los objetivos mínimos legales de reciclaje o incorporación de materiales reciclados mejorando únicamente la recogida selectiva. El diseño debe convertirse en el eje estratégico hacia la circularidad. Simplemente fabricando solo envases rígidos de PET y HDPE y evitando los films plásticos es posible aumentar la tasa de reciclaje de los residuos de envases.

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S2352550922000458

El envase alimentario más sostenible

Hay casos en los que el envasado de alimentos resulta imprescindible, por ejemplo, cuando el alimento está troceado o para preservar sus cualidades durante más tiempo.

El rPET es plástico PET reciclado. Las siglas PET significan politereftalato de etileno o, lo que es lo mismo, básicamente poliéster. El rPET se fabrica a partir de plástico PET previamente utilizado, ya sea de las habituales botellas de bebidas o de otros envases.

Kolkman Verpakkingen

Envase 100% rPET de Kolkman Verpakkingen Hedel

El rPET es el envase para frutas y hortalizas más ecológico que existe. Este material circular es reciclable, protege bien los productos y es seguro para el consumidor. Además, es muy transparente y fácil de procesar.

Alternativas a los envases de PET reciclado

El ácido poliláctico (PLA) es un material biodegradable y compostable fabricado a partir de materias primas renovables de origen vegetal, como el almidón de maíz o la caña de azúcar. Pero todavía no se puede producir con la suficiente eficacia y al ser más difícil de conseguir, resulta mucho más caro. Además, a la hora de separar la basura en casa, resulta difícil distinguir entre el PLA y el rPET. Es habitual que el PLA acabe con los residuos de envases plásticos, cuando debería ir al contenedor de residuos orgánicos.

El polipropileno (PP) tiene una gran desventaja: no está permitido reutilizarlo en la cadena alimentaria porque su calidad se deteriora. Su utilidad reside en que algunos productos necesitan calentarse mientras están en el envase. Eso no es posible con un envase de rPET, pero sí con el de PP. Además, se pueden hacer muebles o señalización vial a partir del envase de PP originario.

Fuente: https://www.freshplaza.es/article/9401389/envases-del-futuro-para-frutas-y-hortalizas-plastico-o-papel/

Cómo reciclar los plásticos de los RAEE

El tratamiento de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en Europa genera 1,2 millones de toneladas de plásticos mezclados y esta cantidad no para de crecer. Los plásticos de los RAEE suelen contener aditivos no deseados que dificultan su reciclaje en Europa. Por eso el 75% se exporta a Asia, donde se reciclan para obtener plásticos secundarios que contienen sustancias peligrosas o acaban contaminando en vertederos. Hay que tener en cuenta que este material plástico actúa como una esponja sumergida en sustancias tóxicas, contaminando el medio ambiente directa o indirectamente (a través de la lixiviación u otro mecanismo de liberación).

El proyecto europeo PLAST2bCLEANED pretende desarrollar un proceso de reciclado para los plásticos de los RAEE que sea técnicamente factible, respetuoso con el medio ambiente y económicamente viable. Esto se lograría abordando el reciclaje de los dos plásticos más comunes de los RAEE y que contienen hasta un 20% de retardantes de llama bromados (BFR) y hasta un 5% de trióxido de antimonio (ATO): el acrilonitrilo butadieno estireno (ABS) y el poliestireno de alto impacto (HIPS).

Residuo electrónico RAEE
Las claves del proyecto, que se extenderá hasta 2023, serán:
(1) mejorar la clasificación de HIPS y ABS que contienen BFR de los otros que no
(2) utilizar disolventes sobrecalentados con esos plásticos
(3) separar aditivos para concentrar las fracciones de BFR y ATO y facilitar su reciclaje
(4) recuperar de manera energéticamente eficiente el disolvente y el polímero

Fuente: https://cordis.europa.eu/project/id/821087/es

¿Son los bioplásticos más seguros que los plásticos convencionales?

Los bioplásticos y los materiales de base vegetal se comercializan como una alternativa sostenible a los plásticos convencionales. Sin embargo, se sabe poco con respecto a las sustancias químicas que contienen y a la seguridad de estos compuestos. En un reciente estudio han analizado 43 productos cotidianos de base biológica y/o biodegradables en contacto con alimentos. Dos tercios (67%) de las muestras tenían una toxicidad de base, un 42% se oxidaban y un 23% presentaban la capacidad de suprimir la acción de la testosterona en mamíferos.

Las muestras de materiales a base de celulosa y almidón generalmente provocaron una fuerte toxicidad in vitro y contenían más compuestos químicos. Las trazas toxicológicas y químicas del Bio PE, Bio PET, PBAT, PBS, PLA, PHA y los materiales a base de bambú variaban según el producto. La toxicidad era menos frecuente y potente en las materias primas que en los productos finales. Una comparación con los plásticos convencionales indica que los bioplásticos y los materiales de base vegetal son igualmente tóxicos.

Biopolímeros

Este estudio pone de relieve la necesidad de centrarse más en los aspectos de la seguridad química al diseñar alternativas plásticas verdaderamente “mejores”. Porque ahora mismo se está utilizando la etiqueta “eco” o “bio” como reclamo positivo en estos productos.

Fuente: https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0160412020320213#!

El (complejo) proceso del reciclaje del plástico

El reciclaje de plástico, a excepción del PET, resulta demasiado complejo y costoso. La dificultad del reciclado reside en una de sus características principales: la diversidad. PEAD, PEBD, PP, PVC, PS, PB… son algunas de las variedades RECICLABLES existentes en el mercado y pueden proceder de rechazo industrial, postconsumo y agrícola.

El plástico viene marcado con el Código de Identificación Plástico o RIC (de sus siglas en inglés Resin Identification Code). Con la ayuda de este código se puede hacer una primera separación a grosso modo y luego se hace una separación más exacta, principalmente con métodos de identificación con infrarrojos. El aumento de la automatización en las plantas de selección de envases repercute positivamente en la efectividad de las mismas. En España el 56% de las 96 instalaciones ya son automáticas.

La singularidad de las plantas españolas respecto a otros países de la Unión Europea es que reciclan los cuatro grupos de plásticos: botellas de agua y refrescos, envases de leche y detergentes, bolsas y filmes, así como yogures y bandejas, frente a otros países que se centran en uno o dos de ellos.

Reciclaje plástico

Gráfico elaborado por www.acteco.es

Tras la separación, las balas de plásticos procedentes de la planta de selección de materiales, llegan a la planta de reciclado, donde se trituran, se someten a varias etapas de lavado, se secan, se homogeneizan para formar un aglomerado plástico y se extrusionan formando largos filamentos. Durante el granceado se obtienen unas pequeñas bolitas (granza) que se almacenan en sacos para su uso como nueva materia prima disponible para nuevas aplicaciones.

Para algunos plásticos, la cantidad de energía que se obtiene de la incineración supera la que se necesita para alimentar el proceso de colecta, separación y reciclaje. Las plantas de incineración constituyen la mejor opción para valorizar el plástico. Una parte se transforma en sustitutos de combustible –el plástico es un derivado del petróleo– y se utiliza en las cementeras. Solo se recicla entre el 10 y el 15%. Por cada kilo de plástico reciclado se ahorra un litro de petróleo y 2,5 kilos de CO2.

Sin embargo, no todo el plástico que se arroja al contenedor se recicla. Los que contienen demasiada tinta no son aprovechables, porque la tinta disminuye la viscosidad del plástico y no se pueden reutilizar en el proceso de extrusión del material. Los tubos de pomada o los envases de yogures, ni siquiera cubren los gastos de su propio reciclaje. Antes los tapones que no estaban separados no se reciclaban, pero gracias a las ONGs que los recogen, ya tienen valor y pueden volver a convertirse en plástico de nuevo. Los residuos industriales y del artesanado son los más preciados porque son homogéneos, abundantes y, por lo general, menos sucios.

En conclusión, el reciclaje del plástico consiste en convertirlo en otros objetos no reciclables (lo que se llama downcycling en oposición a upcycling), plásticos de inferior calidad, textiles…

6 formas de mitigar el problema del plástico para alimentos

Estas son las seis maneras a las que más recurre el sector alimentario para mejorar el problema del plástico:

  1. Reducir el peso del envase. Por ejemplo, reemplazando tapas por film transparente, agujereando el embalaje o agrupando productos en lugar de empaquetarlos individualmente.
  2. Utilizar más plástico reciclado en el embalaje. Para ser reciclado en un nuevo envase alimenticio de alta calidad, se debe demostrar que el 95% del material fue utilizado anteriormente para alimentos. En la actualidad esto es posible para el plástico PET (que se convierte en rPET), pero no para otros tipos.
  3. Mejorar la reciclabilidad de los envases (relacionado con el punto anterior). Solo hay que:
    A) elegir un tipo común de plástico (como PE, PP o PET)
    B) elegir un color común (blanco o transparente)
    C) evitar combinaciones de materiales, como ventanas de plástico en envases de cartón.
  4. Utilizar más plástico de base biológica y/o biodegradable, que actualmente representa menos del 1% de todo el que se produce. Los plásticos de origen biológico más utilizados son bio-PET (por ejemplo, para botellas de refrescos) y PLA (utilizados en bandejas de carne y verduras). Por desgracia, este tipo de plástico supone ahora mismo un problema en las plantas de reciclaje y compostaje.
  5. Pasar de envases no reutilizables a reutilizables. En supermercados para la venta a granel o para ventas online de un mismo producto recurrente.
  6. Utilizar otros materiales de embalaje. Pero para muchos productos frescos (como carnes, quesos, pescados y verduras) ni siquiera hay alternativas más sostenibles.

The_plastic_puzzle

Fuente: https://think.ing.com/uploads/reports/ING_-_The_plastic_puzzle_-_December_2019_%28003%29.pdf

Por qué reciclar el plástico no es una solución

El reciclaje de residuos domésticos requiere una clasificación a gran escala y esa es la razón por la cual la mayoría de los países desarrollados tienen contenedores codificados por colores: para mantener el residuo tan puro como sea posible. Esta clasificación es aún más crucial actualmente porque se demanda material de mayor calidad para reciclar.

Reciclar aluminio, por ejemplo, es sencillo, rentable y ecológico: fabricar una lata de aluminio reciclado reduce su huella de carbono hasta en un 95%. Pero con el plástico, no es tan simple. Si bien casi todos los plásticos pueden reciclarse, en la práctica muchos no se reciclan porque el proceso es costoso, complicado y el producto resultante es de menor calidad. Tampoco está clara la reducción de emisiones de carbono con respecto al plástico virgen, que hasta puede llegar a ser más barato que el reciclado.

Plaxx

Cambiar el plástico por vidrio o metal no es la mejor solución porque tienen una huella de carbono mucho mayor. La gran esperanza podría ser el reciclaje químico, es decir, convertir los plásticos más problemáticos (bolsas, film transparente, plásticos negros) en líquido o gas, a través de procesos industriales que descomponen el polímero en monómeros. Tal y como se ve en la imagen, el resultado líquido puede ser una cera de petróleo con más contenido en carbono, fueloil sin apenas azufre o materia prima reciclada para producir nuevos plásticos.

Fuente: https://www.theguardian.com/environment/2019/aug/17/plastic-recycling-myth-what-really-happens-your-rubbish